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Fue un instante y todo pasó a un segundo plano. Nuestras cosas se convirtieron en algo irrelevante. Sólo importa ya lo que importa ante tanta desesperación en Turquía y Siria, cuna de la desgracia en estos días después del colapso del cemento de la especulación ... y de las vidas de miles de ciudadanos al mismo tiempo.
Nuestras inquietudes mutaron a minucias ante la mirada de niños perplejos, blanqueados por el polvo, de caras bonitas y ojos saltones del miedo… o con ellos cerrados para siempre asidos a la mano de su padre en ese estado ausente que solo concede el dolor y la incomprensión.
Estos niños valen su peso en oro y para allá han ido muchos de nuestros mejores hombres para salvar a los niños que pudimos y a algún adulto, dos, cuatro, ocho… y valió la pena encender alegrías de vivir. La vida, algo irrepetible, que a veces menospreciamos con nuestras leyes, defendida allí con uñas y dientes.
Merecería una foto de lo mejor del fotoperiodismo, de algún nuevo Sebastião Salgao o de otro Henri Cartier o de un repetido Robert Capa o de un doble de nuestro Pablo Hojas para que quedara grabado para siempre sin olvido. Pocas veces hemos sentido más cerca a países que creíamos tan lejanos antaño, ebrios como estábamos de bienestar.
Despertamos en la defensa de la vida, gracias sobre todo a la súplica cargada del candor de la cara de esos niños que llega en un momento especial: rechazo en un 'plis-plas' al recurso que interpusieron hace 13 años setenta diputados del PP a algunos preceptos de la Ley Orgánica 2/2010 de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo.
Hace días habíamos escuchado el fallo sin conmovernos. Trece años esperando y en poco más de una semana con el cambio del viento se produce la sentencia que debiera de azuzar la conciencia moral y la responsabilidad consciente de cada cual además de Los Mandamientos de La Ley De Dios para quien desee tenerlos en cuenta.
Es fácil el acomodo legislativo a un derecho inexistente ¿En qué párrafo del Derecho Natural o de los Derechos Humanos o de nuestra Constitución está el 'derecho a decidir' de la mujer o el aborto libre? Esa sería probablemente la pregunta que se harían los 100.000 seres irrepetibles que no nacen en nuestro país cada año a consecuencia de esa Ley de Plazos del aborto, hoy constitucional.
Mientras se protege a las clínicas abortivas y su entorno, no se hace el mismo esfuerzo en la salvaguarda de la maternidad y en la protección del recién nacido. Buen momento para la reflexión a poder ser 'sin tutelas ni tu tías' de los partidos políticos. Ojalá se produzca.
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