Haciendo 'balconing'

Y no crean que decía 'la última' pensando en que a lo mejor no estará lamentablemente por aquí dentro de cuatro añitos en las siguientes elecciones. Lo dijo por ser la última 'legislatura frankestein', con una tranquilidad pasmosa, masticando caramelos ingresados a chupitos en la boca al estilo de Ancelotti con los chicles.

Pero aún así la engañaron un poco, creyó que Yolanda Díaz era una actriz de Hollywood vestida de Chanel mientras paseaba su palmito por las casas del pueblo de media España. «Si es la comunista de El Ferrol», le dijimos… «y yo Marlene Dietrich», respondió airada. Es que hoy es fácil confundirlo todo.

Hasta el clima es dudoso, y no sólo el clima electoral. Uno no sabe si cantar a la primavera en la que estamos como Stravinski o a las noches del verano como Mendelssohn o mejor de tirón a las cuatro estaciones de Vivaldi porque está todo mezclado. Lo mismo estamos de gabardina que de polo, secos o inundados y ya no se sabe qué diantres de música está sonando. La misma confusión que tendría Pablo Iglesias, el fundador del Partido Socialista (el de verdad), si contemplara al PSOE unido al nacionalismo. El agua y el aceite utilizados como colchón (además del otro) para vivir en La Moncloa. Si levantara la cabeza…

Es que a veces es difícil hoy distinguir entre izda y dcha, podríamos decir que 'afortunadamente' cuando Feijóo se va a nutrir también de votos socialistas. Es que la gente ahora se salta la línea Plimsoll (aquella que sobrepasada provoca el hundimiento en un buque), ya no solo para elegir los alcaldes, sino para defender sus convicciones sobre la familia, sobre la educación de nuestros hijos o sobre la unidad de España, saltando el trazo grueso que esta gente había querido redibujar creyéndonos ingenuos, a la vez que se nutrían de los Echeniques que ahora hemos dirigido hacia la nada a lomos de la lógica. Creen que su cese fue una decisión de Yolanda Díaz cuando ha sido una sentencia firme de la ciudadanía.

Observando al inquilino de La Moncloa haciendo 'balconing' existe esperanza de batacazo. ¡Vaya si existe!