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La semana anterior a ésta en la que estamos, que es de pasión y recogimiento, vivimos otra muy intensa plena de dudas y algunas certezas. Mucho más apasionada que otras veces seguramente como expresión de 'tormenta antes de la calma', adelantándose a estos días de ... reflexión cristiana o vacacionales –según quién– pero, en cualquier caso, de paréntesis político. Fue una semana intensa en los ámbitos del Ministerio del Interior y de Igualdad, como siempre, pero además se sumó (lo de sumar está de moda) con muchas vísceras el tema de la gestación subrogada, al que sin duda habrá que dar solución meditada/obligada a corto plazo.
«No es el momento» respondió Feijóo cuando le formularon la pregunta consabida sobre su posición ante esta maternidad que la ciencia favorece diferente y subrogada. Nada más sensato. No es momento de dejar en manos de quienes nos gobiernan la legislación y los comentarios sobre esta natalidad diferente que habrá que identificar y reconocer… o no, que diría Rajoy, porque «todavía no se sabe si es tos o risa lo que sale del pecho del teniente de alguaciles atravesado por la espada del capitán Alatriste».
No se sabe, pero conocemos el final. ¿Vamos a dejar en manos de ligero proceder las disposiciones adecuadas sobre natalidad subrogada?, ¿no recordamos de qué ministerio dependería?, ¿es que se ha olvidado ya la desastrosa adecuación de la Ley de 'sólo sí es sí' acerca del consentimiento, o la sintaxis y el fondo de la Ley de Familia, o la confusa redacción de la Ley de Secretos Oficiales o la farragosa Ley de Presupuestos Generales que luego hay que ir aclarando, a través de disposiciones transitorias interesadas, en otras leyes?
Si lo conocen, ¿porqué se le exige a Feijóo lo contrario de lo que el sentido común recomienda con lo poquito que le queda a la algarabía de esta legislatura enloquecida y frankestein? Habrá que esperar mientras toma madurez la opinión social para transcribirla a leyes en los límites que propone la moral, la defensa del menor y la justicia social.
En el 'mientras tanto', sí que podemos comentar y opinar sobre un tema que suscita enormes dudas y acerada discusión en la calle, claro que sí, sobre todo ante la noticia de la inscripción registral de una recién nacida como hija de Ana Obregón por maternidad subrogada a los 68 años, porque no sabemos bien cómo interpretar la ley restrictiva/coladero sobre el asunto en nuestro país.
Especialmente ante los diferentes tipos de familia que hoy tenemos incorporados a nuestro Código Civil. ¿Deben de ser reconocidos los hijos fruto de maternidad subrogada, si se hiciera legal, en familias monoparentales, en parejas homosexuales o en padres o madres solos y cercanas a la ancianidad solamente por poseer recursos económicos? Todos tenemos una opinión formada sobre el asunto y el sentido común también coopera contándonos cosas.
Sin embargo, no deberían de existir dudas entre los que ejercitamos en cualquier oportunidad argumentos en favor de la defensa de la vida si nos encontramos ante la gestación subrogada de una pareja hombre-mujer que no pueden tener hijos a consecuencia de diferentes circunstancias demostradas de mala salud reproductiva… y sin embargo las tenemos. Porque, ¿supone efectivamente el desprecio de la mujer cómo una nueva variante de violencia hacia ella? ¿Se destruyen embriones cuando se implanta in vitro? ¡Tantas dudas nos asaltan!, que convierte en obligado cumplimiento la espera razonable, el análisis y la determinación de los inconvenientes para tomar la mejor decisión.
En algún caso, y siempre que no exista compensación económica que se pueda interpretar como una humillación de la mujer, ¿se podría autorizar antes que una adopción? Supondría la misma llegada de niño o niña a casa pero con el matiz benéfico en este caso de contar con la carga genética de un progenitor o de los dos que estaría incluida. Sería entonces una 'maternidad supra-rogada' (más que subrogada) de tanto que esos padres habrían rogado y rogado previamente en su honroso deseo de tener descendencia.
Si se cumplen los requisitos de edad, disposición económica y facultades que se exigen en una adopción, ¿por qué no se permite esta forma de maternidad diferente en casos determinados si la ciencia lo facilita? Habría que valorarlo.
Debería entonces, después de ese tiempo prudencial reclamado, legislarse en todos los supuestos de forma reposada, sobre todo cuando soplen vientos sosegados fuera del tiempo electoral, es decir, dentro de nada.
Incluso a lo mejor ya no tendremos señoras empecinadas en el ministerio y así se facilitaría un pelín la reflexión. Estamos ansiosos. Mientras tanto, en tiempos de pasión, ¡un biquiño!
Así se despiden ahora los comunistas en su traslado de Vista Alegre al Magariños y se trata de una buena costumbre.
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