Lealtad no es sumisión

La contraprestación que recibimos fue una serie de medidas tomadas de forma sorpresiva y unilateral en el mes de noviembre que dejaron a muchos sectores desconcertados, desprotegidos y al borde de la desaparición o directamente quebrados.

Después de este episodio volvimos a tender la mano al gobierno para coordinar la gestión en diferentes actividades y sectores para facilitar que el ejecutivo regional tomase las mejores decisiones. Creímos que esta forma de actuar también nos permitiría anticipar las medidas a tomar, ser más eficaces y proteger mejor a nuestros empleados, clientes y al conjunto de la actividad económica.

Fuimos los empresarios quienes tomamos la iniciativa y quienes hemos tenido que mantener vivos el calendario y el seguimiento de esas reuniones de coordinación. Pero de nuevo el gobierno ha emitido esta semana un decreto unilateral donde se vuelven a cometer los mismos errores que en noviembre. Y ha llegado el momento de alzar la voz.

La salud no puede ser la excusa para no legislar o para legislar mal y de espaldas a la realidad. La pandemia no puede ser un motivo para no prever ni coordinar desde el conjunto de las consejerías del gobierno las consecuencias económicas, laborales y sociales de las decisiones que se toman por parte de la Consejería de Sanidad. Gobernar también es ponderar. Los decretos no pueden basarse únicamente en algoritmos o niveles preestablecidos porque resulta injusto. Detrás de las estadísticas hay personas, familias, empresas, sectores que sufren las consecuencias de las decisiones del gobierno de Cantabria, aunque éstas sean tomadas por una consejería en solitario. El virus tampoco debe ser un escudo que impida la trasparencia, que impida que se expliquen los motivos de cada decisión o que sirva para señalar culpables sin ninguna prueba. Eso es una estrategia cobarde y manipuladora.

Desde CEOE Cepyme hemos apostado desde el comienzo por el compromiso, y lo que hemos recibido ha sido unilateralidad y hechos consumados. La patronal ha impulsado y buscado el diálogo, y la recompensa ha sido la imposición. Los empresarios hemos preconizado la lealtad institucional, pero algunos lo están confundiendo con la sumisión.

Comprendemos las dificultades del momento, pero la respuesta a este reto no es ni el autoritarismo ni la confrontación.

En la complejidad de la situación por la que estamos atravesando hay una cuestión importante que no debemos olvidar. Las decisiones de hoy son la siembra de la realidad de Cantabria mañana. Aunque no lo percibamos, estamos preparando el futuro de la comunidad y también es responsabilidad de los empresarios colaborar para que ese futuro sea mejor. Pero restringir la actividad y obligar al cierre en algunos sectores sin que exista una compensación a través de ayudas directas, suficientes y rápidas condena el futuro de Cantabria. Los empresarios queremos formar parte de la solución.

Seguimos ofreciendo unidad y lealtad a quien tiene la responsabilidad de llevar el timón de la nave de la recuperación. Pero a cambio exigimos compromiso, consenso en la toma de decisiones y acuerdo con los sectores productivos que son los que en definitiva crean empleo y riqueza para nuestra comunidad.