Hay una alternativa

Durante décadas PRC y PSOE han amparado la corrupción que hemos sufrido todos los cántabros, algo que no nos merecemos. Tras el 28 de mayo desde Vox queremos justicia, exigiendo las responsabilidades políticas y penales pertinentes por la nefasta gestión y las corruptelas de cargos del Gobierno. Los cántabros se merecen que cada euro que sale de su bolsillo sea debidamente controlado, algo que con regionalistas y socialistas no se ha hecho lo que ha acabado en corrupción, clientelismo y derroche de dinero público.

El giro que necesita nuestra tierra solo puede llegar con Vox en el Ejecutivo. Con medidas sensatas, de sentido común. Unas medidas en las que se ponga a la familia en el centro de todas las políticas públicas, algo que en Castilla y León ya está funcionando. Para ello, tenemos que reducir el gasto superfluo e innecesario, eliminando subvenciones a chiringuitos ideológicos y entes duplicados que no tienen razón de ser, ya que sus funciones pueden ser realizadas desde la consejería correspondiente.

Cantabria es la región, junto con Islas Baleares, con mayor presión fiscal. No sólo eso: hemos perdido, en los últimos años, un 4,5% de poder adquisitivo, al tiempo que los precios no dejan de subir y los salarios, en cambio, no son suficientes para mantener la capacidad de ahorro. Es urgente una bajada radical de impuestos, ya que para las familias es cada vez más complicado llegar a final de mes, pero también nuestras empresas, nuestros autónomos y trabajadores ven mermados sus negocios por los impuestos y tasas abusivas que tienen que pagar día tras día. Mientras tanto, comprobamos cómo los gobiernos separatistas, algunos muy cercanos como el del País Vasco, obtienen privilegios fiscales siendo vecinos de una región que siempre ha sido fiel a España. Así es como premia el Estado autonómico la lealtad a la unidad nacional. Esto tiene que cambiar y tras el 28 de mayo así será.

Nuestra región tiene que dejar de ser olvidada. Nuestra Cantabria rural languidece por las leyes climáticas, sin que se elaboren proyectos para el relevo generacional. Hay que promover políticas fiscales y de natalidad en estas zonas para el desarrollo de empresas y empleo y para que los jóvenes puedan formar una familia facilitando el acceso a la vivienda.

Por otro lado, hay que decir, alto y claro, que la desprotección de los ganaderos frente a los ataques del lobo tiene culpables, y que entre ellos se encuentran el PSOE y el PRC. Unos, porque se han entregado al fanatismo climático de los ecologistas de despacho, que no han pisado el campo en su vida y pretenden enseñar a ganaderos que llevan décadas en el medio rural cómo hay que gestionar el campo. Otros, porque han sido incapaces de plantarse ante las pretensiones de sus socios de Gobierno y exigirles lo que cualquier gobernante responsable debiera haber hecho: la salida del lobo de la lista de animales protegidos y una gestión cinegética responsable para garantizar la pervivencia de nuestra biodiversidad y, por supuesto, el mantenimiento de un sector que es emblema de nuestra tierra.

Con cada sector que analizamos, comprobamos la ruina y miseria que nos ha traído el regionalismo a Cantabria, más preocupados por el bienestar de los políticos y de sus amiguetes que por el de los cántabros. Con medidas realistas y certeras, el bienestar de los ciudadanos puede mejorar, pero sólo se puede conseguir con un Gobierno valiente que se atreva a ejecutar y desarrollar estas medidas. Y eso es lo que vamos a hacer desde Vox.

Eso sí, para lograr estos objetivos, en nuestros municipios debemos volver a conseguir que la seguridad vuelva a nuestras calles. Tenemos que acabar con la delincuencia que en los últimos años ha crecido de manera exponencial en una región que nunca ha padecido problemas de inseguridad. Machetazos, reyertas y ocupación ilegal son fenómenos que ya han llegado a Cantabria, sin que el Gobierno regional y nacional haya hecho nada para impedirlo. Aumentaremos el número de efectivos policiales en nuestras calles y nos opondremos a los mal llamados centros de refugiados de Parayas o a la acogida de MENAS, menores no acompañados que han llegado a las playas de Canarias y que donde deben estar es en sus países de origen, junto a sus padres.

En definitiva: urge un cambio de Gobierno en Cantabria. Hay que acabar con la corrupción, con el clientelismo, con el caciquismo que el PRC ha instalado y que exige a los cántabros plegarse a los dictados del Partido Regionalista para poder obtener ayudas de la Administración o, simplemente, para que no les pongan trabas y les dejen salir adelante sin obstáculos.

Este cambio, no nos engañemos, sólo puede venir de la mano de Vox, porque es el único partido que garantiza, con toda certeza y seguridad, que sus diputados no van a entregar el Gobierno de Cantabria al PRC y al PSOE, sino que van a trabajar para echarles y, con ellos, sus políticas nocivas para los cántabros. El voto seguro, el próximo 28 de mayo, en Cantabria y en toda España, para lograr que la alternativa a la izquierda y al regionalismo sea real, es el voto a Vox.