Secciones
Servicios
Destacamos
Es frecuente leer o escuchar en los medios de comunicación que a un determinado delincuente el tribunal que lo ha juzgado le ha condenado, además de a un número concreto de años de cárcel, a que a la salida de ésta permanezca otro tiempo más ... en libertad vigilada y, por lo tanto, con limitaciones de las actividades que puede realizar para lo que, en muchos casos, se le dota del correspondiente artilugio que permite a la policía conocer en todo momento su localización.
Múltiples son las ocasiones en las que por una u otra causa, desde la realización de una simple compra a la solicitud de una determinada información, cedemos a terceros nuestros datos personales, como variados son los aparatos electrónicos, de relojes a teléfonos móviles, que permiten también dar voluntariamente nuestra localización y así, cuando solicitamos un coche a través de la aplicación que previamente hemos descargado en nuestro teléfono móvil, aparece inmediatamente el punto exacto desde donde llamamos y ello sin que nosotros hayamos tenido que introducir ningún dato para fijar tal posición.
Innecesario resulta también citar las múltiples cámaras que van grabando nuestros desplazamientos, en las que queda fijada la hora que atravesamos ese punto concreto, y así, desde que salimos de casa o regresamos a ella en que las cámaras que ya hay instaladas en la mayoría de nuestros edificios hasta la entrada a cualquier entidad o comercio de medíana importancia, pasando por las innumerables cámaras existentes en el exterior de otros muchos edificios, nuestros movimientos quedan registrados de forma continua.
Si los desplazamientos a pie son ya fáciles de reconstruir no lo son menos los realizados en nuestros vehículos ya que las cámaras instaladas en todas las carreteras, sean éstas de mayor o menor importancia, pueden dar cuenta de nuestro paso por ellas y en consecuencia quedar constancia de todos los desplazamientos realizados por cada uno de nosotros, con sus correspondientes días y horas, además de otros datos como son si nuestro vehículo ha pasado la ITV o cuenta con el obligado seguro.
Lo anteriormente expuesto es sólo la constatación de algo que por cotidiano no solo lo tenemos asumido sino que además consideramos beneficioso pues pensamos que al no hacer nada malo no nos preocupa que alguien, sea la policía o un curioso que mire la cámara particular que controla, sepa donde voy, a que hora voy o con quien voy. Y sin embargo ello significa que cada vez más nuestra privacidad está siendo violada y nuestra libertad vigilada.
Pero si lo anterior es importante no lo es menos, sino más bien lo contrario, lo que puede ocurrir con nuestro dinero. Me refiero al uso de las tarjetas, móviles, y demás formas de pago por medios informáticos en vez de con dinero contante y sonante. A tal respecto, hablando sobre la fiscalidad, en un reciente artículo publicado en este mismo periódico, decía: «La supresión del dinero en metálico ayudaría, en gran medida, a evitar el fraude fiscal y la economía sumergida, si bien ello conllevaría acabar con la privacidad de los ciudadanos, por lo que un adecuado equilibrio entre control y privacidad es fundamental».
A efectos de lo dicho anteriormente ¿podemos imaginar lo que supondría la supresión total del dinero en metálico? El corralito que en diciembre del 2001 se implantó en Argentina -donde se limitó el dinero que cada ciudadano podía sacar del banco a consecuencia de la falta de liquidez de su sistema económico- sería una broma en comparación con lo que representaría la eliminación total del dinero en metálico al quedar todos nosotros sujetos totalmente a un dinero virtual, creado por los bancos y sometidos a su exclusivo manejo, además, lógicamente, de por el gobierno de turno, el cual ya no precisaría ni siquiera de los inspectores de Hacienda, pues con un ordenador gigante tendría suficiente para su total control.
Y es que la existencia exclusivamente de dinero virtual supondría no sólo el control de lo que recibimos y lo que gastamos, sino lo que es más grave para nuestra privacidad, en qué lo gastamos. Y si eso no fuese suficiente, ante una situación de crisis como la actual, el gobierno de turno podría, con una simple orden a los bancos, limitar nuestra capacidad de gasto y no solo en cantidad sino también en el destino dado a nuestro dinero. A partir de ese momento nuestra libertad como individuos no solo quedaría vigilada sino totalmente eliminada y con ello nuestra democracia, tal y como hoy la entendemos, destruida, para ser sustituida por un sistema autoritario, sea cual fuere su signo y llámese como se llame luego al mismo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.