Secciones
Servicios
Destacamos
En mi particular opinión, el hueco dejado en la Avenida de Reina Victoria tras la retirada, por motivos de memoria histórica, del estéticamente irrelevante pedrusco conmemorativo de las brigadas navarras que ayudaron a que el ejército de los sublevados conquistara Santander en verano de ... 1937, debería ser dedicado a la propia reina. Y no por ningún afán monárquico, ya que los españoles en esto somos como la inversa de aquellos alemanes que, después de la derrota en la Primera Guerra Mundial, aceptaron la caída del káiser y se hicieron Räsonrepublikaner, es decir, republicanos de cabeza, no de corazón. Pero la importancia que tuvo la Familia Real para el desarrollo del Santander contemporáneo sí que resulta memorable, y la avenida homónima es un buen lugar para recordarlo, a menos de cien metros de donde recordamos a otro republicano de corazón y monárquico de acomodación, el periodista José Estrañi.
De las 22 nietas de la legendaria reina Victoria de Gran Bretaña y su marido Alberto de Sajonia, solo seis llegaron a alcanzar altísimas posiciones institucionales, pero al precio de sufrir una especie de 'maldición de Tutankamón' por ello. Alexandra, esposa del zar Nicolás II, fue asesinada junto con su familia por los revolucionarios rusos. Margarita murió antes de que su marido, príncipe heredero de Suecia, llegara al trono. Maud de Noruega, con menos sobresaltos, se fue sin embargo inesperadamente tras enfermar y ser operada en una visita a Londres. Sofía, casada con Constantino I de Grecia, sufrió dos exilios y todas las tragedias de la nación balcánica. María, reina consorte de Fernando I de Rumanía, fue apartada por su propio primogénito, Carol, que usurpó el trono.
Y Victoria Eugenie Julia Ena of Battenberg, nacida en 1887 en el castillo escocés de Balmoral y que tuvo como madrina a la ex emperatriz francesa Eugenia de Montijo, se casó en 1906 con el rey Alfonso XIII, una vez superadas las reticencias de la futura suegra, María Cristina de Habsburgo-Lorena. Pero ello no le libró del mal fario victoriano, y en abril de 1931 hubo de partir al exilio al proclamarse la Segunda República. Diez años después Alfonso murió en Roma. Como inglesa, era persona no muy grata para la Italia fascista en guerra contra Londres, y tuvo que asentarse en Suiza. Allí murió hace medio siglo esta bisabuela del rey Felipe VI. Sus restos fueron trasladados a la famosa cripta de El Escorial.
Si separamos los accidentes de salud de los fenómenos políticos, vemos que Ena, Alexandra, Sofía y María experimentaron las grandes perturbaciones de la Europa posterior a la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, Ena fue la única que las vivió en un país occidental como España, ya que las otras nietas reinaron en el oriente. Dado que tenemos turistas ingleses que suelen llegar por aire o por mar, quizá la historia de la nieta de la reina Victoria que se casó con el rey de España y tuvo tan agitada trayectoria (cuando falleció, había pasado en el exilio más de la mitad de su vida adulta) sea más interesante para ellos que el hueco insignificante que la memoria histórica, convertida en olvido histórico, ha generado. Ni el 0,05% de los que pasaban por ahí reparaban en lo de la brigada. Pero una obra de arte dedicada a la reina Victoria hará que todos vuelvan la cabeza y reflexionen un poco sobre la dramática historia de Europa y de España, y también sobre un esplendor urbano que Santander lleva casi un siglo tratando de recobrar.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.