Secciones
Servicios
Destacamos
A Noé le van a hablar de la lluvia. Pues a un montañés parecido. Apenas si recuerdo cuando he conducido últimamente sin el vaivén del limpiaparabrisas. El verde de nuestra tierra infinita tiene un precio -que algunos se cobran con creces-, así también la lluvia, ... acompañante impenitente de nuestra vida sea cual sea la estación.
Como todos sabemos, más allá de los aguaceros torrenciales, la lluvia tiene sus beneficios en el campo, agricultura, ganadería, paisaje y por ende en el paisanaje. Desde hace un tiempo contemplo cómo se anuncian y proclaman lluvias de millones y ayudas de lo más variopinto para casi todo.
Un día me levanté y la mina de Reocín había resucitado, cual Lázaro, y como un Potosí no sólo traería un diluvio de millones sino de miles de puestos de trabajo. Han pasado tres años y no veo una actividad frenética. También hace poco me desayuné con la buena nueva de un proyecto de Aquapark en Sierrallana. Y si es por agua que no quede.
Otra mañana, tras ponerse de mal humor Vulcano por tierras de La Palma, un manantial de millones en ayudas del gobierno nacional y del canario se anunciaron urbi et orbi. Ha pasado el tiempo y los afectados apenas han visto un euro y se buscan la vida cada cual como puede. Mientras, por Iberia no somos pocos los que seguimos con la dieta de plátano, por echar una mano. Pero la verdadera palma se la lleva la pandemia. ¡Qué bien suena el término donación! Todos los países ricos se reúnen y ponen bote, pasan la cesta para recaudar dinero para los más necesitados. Se nos caen las lágrimas. Con las vacunas se creó un organismo mundial y todo. Echaron el resto. Covax: colaboración para un acceso equitativo mundial a las vacunas contra el covid-19. Pero lo que parecía solidaridad, está siendo simplemente beneficencia, y ni tan siquiera. En Haití, por ejemplo, se ha vacunado al 0,3% de su gente. Y por aquí acaparamos vacunas. ¡Vaya, se han caducado! Y así resta y sigue.
Y ahora estamos a la espera de la tormenta de millones europeos que solucionarán muestras vidas. Algunos dichos no por antiguos dejan de tener sentido, y no se da nada por nada o duros a cuatro pesetas (hagan el cambio a euros). Pero claro, para que esta lluvia cale habrá que trabajar todos a una. Y en Hispania somos más de ¿qué hay de lo mío? Del corto plazo, de alardear si has logrado más que el vecino, del engaño, la treta y el clientelismo. Con todo, quien suscribe siempre ha sido más de nuestra tradicional llovizna. Del poco a poco, del llover sobre mojado. Del orbayo o del chirimiri, aunque aquí, como no podía ser de otro modo, lo conocemos como calabobos, porque parece que no, pero es que sí.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.