Locomotoras en Cajo

Lo primero que llama la atención es la rotonda giratoria electrificada, única en España, para seguir con el sorprendente edificio semicircular donde se reparaban las máquinas, amén de las otras naves dedicadas a los mismos fines. Este conglomerado de edificaciones con sus interiores diáfanos, luminosos, con unos lucernarios únicos en el diseño industrial, son de tal armonía que es difícil quedarse indiferente ante tanta riqueza monumental.

Primera reflexión. Aquí tendría que estar el Museo del Ferrocarril, sí o sí. La Asociación de Amigos del Ferrocarril, ACAF, resiste como puede en unas instalaciones que se antojan como un escenario de 'El Álamo'. Apenas nadie sabe dónde está, y si lo saben, no se acercan. Goteras, humedades..., hacen más que necesario su traslado a este lugar mientras se resuelve la situación de ordenación ferroviaria.

Segunda. El urbanismo de la zona ya está hecho, de forma que no habría que modificar nada y se integraría en la ciudad fácilmente. Este hecho importante dotaría a la zona occidental de Santander, principalmente Castilla-Hermida y Barrio Pesquero, de un parque lúdico y tecnológico de primer orden y desviaría la gran concentración museística del famoso 'anillo cultural'.

Tercera. Si tenemos en cuenta que el gran problema de controlar el patrimonio industrial es el inventariado y almacenado, lo siguiente sería dónde exponerlo adecuadamente. Callado esta dicho que Cajo sería lo idóneo. Ciudades como Madrid, Monforte, Burgos, etc, no han dudado ni un instante en utilizar estos espacios para múltiples usos con un éxito de público sin precedentes. Museos, salas de conciertos y exposiciones, talleres docentes de divulgación científica, coleccionismo... hacen más que necesario su aprovechamiento.

Cuarta. Su fácil integración en un corredor verde que uniese el centro de Santander hasta La Remonta, dotaría a esta zona de la ciudad de un muy necesario espacio de expansión que permitiría una más saludable convivencia social tan fundamental para una buena calidad de vida.

Actualmente, se encuentra en trámite para ser BIC (Bien de Interés Cultural), lo que permitiría protegerle ante cualquier derribo pero no garantiza el acondicionamiento para su uso. Confiemos en que los responsables de hacerlo lo lleven a cabo. Los ciudadanos, ya lo han hecho.