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Torrelavega se ha incorporado con cierto retraso a la lista de ciudades con carriles para bicicletas en aras de una movilidad sostenible. Bien está que finalmente se haya conseguido, aunque sea más tarde que en otros lugares. Supongo que no era por falta de voluntad ... por parte del equipo de gobierno. Las características del entorno urbano local que la especulación urbanística y la falta de un diseño de futuro que no se contempló en los planes de actuación del pasado han condicionado la implantación de este tipo de medidas más adelante.
Calles estrechas, necesidad de aparcamientos para coches, progresiva peatonalización del centro y estar atravesada por carreteras nacionales en cuatro direcciones han hecho que fuese complejo encontrar las vías más adecuadas para realizarlo. Los ciudadanos, escépticos unos, contentos otros, han ido adaptándose a los nuevos viales con el paso de los años. Como peatones, atendiendo a la prioridad de los ciclistas en sus carriles respectivos; los 'pedalistas', respetando a los viandantes. El conflicto surge cuando unos invaden las preferencias de otros. Cómo nos gusta afirmarnos en nuestros derechos y qué poco respetar los ajenos. El ciclista, imperativo ante el distraído peatón cuando este irrumpe en su espacio; el paseante, increpando al ciclista cuando no le cede el paso. Qué diferentes somos como peatón y como conductor ante los pasos de cebra, por poner un ejemplo. ¿Hasta dónde llegan las ordenanzas de tráfico de un ayuntamiento y cómo pueden complementarse estas con el debido respeto y la cortesía entre las personas de la ciudad?
Y luego surge el problema del cumplimiento y la observancia de las normas regladas. ¿Quiénes las cumplen? ¿Realmente se respetan los límites de velocidad (30 kilómetros por hora) de ciclistas, patinetes y demás usuarios de la ciudad? ¿Cómo se establece la combinación de las rutas ciclables claramente definidas y la circulación por aceras y paseos peatonales tan frecuentemente utilizadas por los artilugios rodantes? Llevar a cabo un proyecto requiere, también, contemplar todas las situaciones que se pueden producir en un futuro y prever las soluciones de cara a las posibles incidencias.
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