Llegan las vacaciones

Demediado el mes de junio, nos adentramos al periodo de las vacaciones por excelencia, el verano. Junio siempre ha tenido un significado especial para los alumnos. Es el mes del balance final de curso. Del esfuerzo de aquellos que dejaron para última hora las cosas, ... confiados unos, perezosos otros, y sienten la presión familiar. El verano, tiempo sin tiempo que todos recordamos de cuando éramos pequeños que nos parecía infinito. De mayores no nos lo parece tanto. Cuanta más edad tenemos, más acusada es la sensación del paso del tiempo. En cualquier caso, los meses de junio, con el cambio reciente de los planes de estudio, ya no son como antiguamente. Al desaparecer los exámenes de septiembre, los de junio se convierten en definitivos. La tensión si cabe es mayor porque no hay enmienda posible en septiembre. Cuántos recordarán los meses de verano atrapados con alguna asignatura pendiente asistiendo a clases particulares, contraprogramando a los proyectos vacacionales de sus padres, viendo a compañeros ir a la playa o de viaje y ellos con los libros delante. La supresión de los exámenes favoreció, sin embargo, que los cursos comenzasen primero en septiembre. Llega el verano, abierto a tantas posibilidades. La estancia en la casa de los abuelos, los viajes inesperados, las pandillas recuperadas de otros veranos, los campamentos, los baños en la playa y los ríos, las romerías –la mejor la de nuestro pueblo–, ese primer amor inolvidable, ese primer beso junto a la canción que formará parte de la banda sentimental de nuestra vida, los paseos y las lecturas: «Quien lee es como quien pasea, y quien pasea está siempre leyendo», escribe Javier Lostalé en 'La morada infinita'. Leo que el Ayuntamiento de Torrelavega ofrece alternativas diferentes para los jóvenes: cursos de natación, programa Abierto en Vacaciones, Campeonato de Artes Plásticas y Escénicas…