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Es el título de una canción de Peppino di Capri de los sesenta. Estos días las aulas y patios de los colegios se han vuelto a llenar de las risas y las carreras de los niños, recuperan la vida con algún mohín de tristeza en ... algunos por la pereza del comienzo. Los más, probablemente contentos porque vuelven a encontrarse con sus amigos olvidados en el verano. Coincide este regreso escolar con un tiempo preotoñal. A los adultos les habrá dado menos pena guardar la ropa de verano, los calderos y las palas hasta el próximo verano por esas nubes, frío y lluvia que extrañamente se han adelantado. Algunos escaparates ya nos fueron ambientando con su muestrario de otoño. Paralelamente al curso escolar, los mayores nos planteamos qué hacer ante la nueva temporada. Antiguamente coincidía con el lanzamiento de fascículos y colecciones de libros que a duras penas resistían hasta enero. En tantas casas hay extensas colecciones ahora desactualizadas que nos estorban y no quieren ni las librerías de viejo.

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