Memoria del agua

En la memoria de muchos torrelaveguenses, sobre todo en la de los que pasan de la mediana edad, están muy presentes los años en los ... que el agua era un bien escaso. Enseguida nos olvidamos de los episodios desagradables, pero es imposible no acordarse de los cortes de agua, de las colas con calderos, perolas, baldes, botijos, botellas cualquier recipiente servía, en las fuentes de las que manaba un hilo de agua (yo recuerdo la que se formaba en la fuente junto al bar Aquilino). Cuántas anécdotas se producían. Hubo una frase memorable del concejal Chemari Sainz cuando hizo un comentario luego descontextualizado que en Torrelavega no se podía hacer el amor con la higiene adecuada. Este mismo concejal lanzó unos cohetes desde el balcón del Ayuntamiento para celebrar que desde la noche anterior ya no habría cortes de agua. Eran los tiempos de José Portilla en la Alcaldía. Estas imágenes de la memoria me las ha recordado la publicación de la Editorial Librucos 'Mujer, Agua… Memoria', elaborada por el colectivo Movimiento Cultural Iguña. El libro trata de evocar una de las costumbres que también forman parte del paisaje de nuestra memoria, especialmente de la rural: las mujeres lavando en ríos, fuentes, lavaderos… Dónde, cuándo, cómo se lavaba, los problemas de salud inherentes a esa práctica, la socialización con sus tertulias, al modo de las tertulias de los hombres en la taberna, son algunos de los aspectos tratados. Se apoya la investigación en los testimonios orales que son recogidos con el modo de hablar de cada lugar, lo que dota al proyecto de un valor etnográfico. La documentación de pozos, fuentes y lavaderos y su estado de conservación, más las fotografías de muchas de las mujeres que vivieron esa época, convierte al libro en una verdadera joya cultural.