Memoria de Sanz Saiz

Por iniciativa de la Asociación Amigos de Torrelavega tiene lugar en la Casa de Cultura un ciclo de conferencias para evocar y homenajear a Julio Sanz Saiz. Merecido homenaje a una de las personalidades más ilustres que ha dado Torrelavega y que así fue reconocido ... institucionalmente cuando le fue concedida la Medalla de Oro de la ciudad en 2015. Afortunadamente le fue entregada en vida y pudo sentir el cariño de todos. Y no es una frase hecha. Julio era querido por todos. Lo fue por su simpatía y generosidad con cuantos le requerían para participar en proyectos culturales de todo tipo: recitales poéticos, exposiciones colectivas, conferencias, realización de carteles, textos literarios, talleres con niños… También por la admiración a su obra artística y literaria. Su imagen representa la del hombre del Renacimiento. Su formación académica como delineante, más bien técnica, se combinaba con su vocación creativa repartida entre la escritura (poesía, relatos, aforismos, libros de viajes) y el arte (acuarela, óleo y dibujo). Experimentó con la cámara (recordemos el emotivo documental sobre Mauro Muriedas). Su amor por la naturaleza, que tanto le inspiró, le proporcionó un extenso e intenso conocimiento de la misma. Sabía los nombres científicos y populares de la fauna y la flora que luego llevaba con los pinceles y la pluma al papel, denunciando la agresión que sufría por la contaminación. Esta relación justificó que fuese nombrado delegado de ADENA. Con un sentido profundo de la amistad, reflejó su fidelidad y afecto a amigos en poemas dedicados (Mauro Muriedas, Jesús Otero, Alejandro Gago, Pisano, entre otros) como lo hizo a poetas que admiró (Hidalgo y Cancio). Vital, imaginativo, con un profundo e inteligente sentido del humor y lo lúdico pese a los brutales golpes recibidos en la vida, su ingente obra merecería ser catalogada, editando sus obras completas.