Páginas web

Cada época tiene su lenguaje dominante. Ahora vivimos un periodo marcado por los medios digitales. Con neologismos ya populares expresamos nuestra navegación en la red. Hay que estar conectado a internet. Participar en Facebook, Twitter o Instagram es imprescindible para comunicarse. Con sus virtudes y ... sus defectos, cada vez se hace más necesario estar en las redes para todo. Resulta imposible entender los intercambios económicos y culturales sin unos teclados y una pantalla de ordenador delante. Desde las multinacionales a un pequeño comercio local que quiere ofrecer sus productos. Queremos viajar y consultamos ofertas de hoteles, reservamos entradas a los museos y espectáculos, y procuramos informarnos de lo que podemos ver en cada destino. Vemos las propuestas gastronómicas y consultamos la carta de los restaurantes. Buscamos los objetos más deseados y difícilmente encontrables en el laberíntico bosque de Google. Más tarde, incluso damos nuestra opinión pensando que puede ser una ayuda a otros posibles clientes. Dicho de otra manera, el que no está en la red no existe. En este sentido, las páginas web se han convertido en el escaparate fundamental de lo que se desea comunicar. Para vender, para difundir, para que se sepa que se está ahí. Los diseñadores de páginas web vuelcan toda su creatividad intentando conseguir las más atractivas, la manera de atraer al ciudadano. Leo en este periódico que el Ayuntamiento ha adjudicado los servicios de desarrollo y puesta en marcha de una nueva web municipal. Muy útil sería que en ella apareciesen una serie de apartados que hicieran referencia a la historia, economía, cultura y deporte de la ciudad. Un portal en el que figurasen nombres de la memoria de Torrelavega y de los que actualmente contribuyen con su trabajo y sus éxitos a que sea la ciudad que todos queremos. Una web que no siendo enciclopédica informe al curioso sobre Torrelavega en unas líneas y unas imágenes. Algo sencillo y práctico.