Pista Río

Las mesas para las consumiciones estaban situadas en terrazas a diferentes alturas sobre una de las pistas de baile. Las más afamadas orquestas, Cubanacán quizás la más icónica, interpretaban los ritmos de moda. Los veranos eran la estación ideal. Las piscinas se llenaban de alegría y una gramola ponía la banda sonora del momento que luego se convertiría en sentimental con el paso del tiempo. A primeras horas de la mañana Santiago Ortiz iniciaba sus largos. Uco, hijo de Benigno, trajinando en un de acá para allá continuo. Periódicamente se organizaban concursos de natación, con el inolvidable Travieso detrás de las competiciones.

En una ocasión, un combinado cántabro, con el excepcional Orlando de la Hoz entre ellos, contra uno de Burdeos. Hoy resulta difícil evocar la intensa vida que se desarrolló en ese lugar rodeado de un lujurioso arbolado. La degradación que muestra ahora es desoladora. Uco intentó prolongar la vida del complejo con diversas alternativas, pero los nuevos tiempos impusieron otros hábitos. El Ayuntamiento en diferentes momentos pretendió adquirirlo para instalar las deseadas piscinas al aire libre. Parece que será un deseo imposible.