
'Si vis pacem, para bellum'
Sería deseable que los europeos emprendiéramos una ambiciosa reindustrialización armamentística de efecto disuasorio sobre Rusia
Luis Haranburu Altuna
Escritor
Miércoles, 16 de abril 2025, 00:27
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Luis Haranburu Altuna
Escritor
Miércoles, 16 de abril 2025, 00:27
Preparar la guerra, para obtener la paz, es el significado del apotegma 'Si vis pacem, para bellum'. La frase se le ha solido atribuir a ... Julio César, pero es a Vegecio, el autor latino del siglo IV, a quien corresponde la exhortación de que es preciso preparar la guerra si deseamos la paz. El sintagma ha cobrado actualidad con el acceso de Trump a la presidencia de EE UU y el cese de la tutela militar de este país sobre Europa. De la mencionada expresión procede el nombre 'parabellum', que designa una munción que los vascos conocemos de sobra, al ser la preferida por ETA para cometer centenares de asesinatos.
Curiosamente, los herederos políticos de aquella banda de fanáticos nacionalistas se oponen a que Europa se rearme para defenderse de la Rusia totalitaria de Putin. Sorprende que los nostálgicos del bolchevismo en España no se hayan enterado de la mutación ideológica de la Rusia soviética y suscriban las tesis de Putin en nombre de un pacifismo inane y patético. Quienes apoyan a Putin en España no desean que Europa se rearme para poner freno al tirano ruso, prefieren acatar el designio de un criminal de guerra que pretende apropiarse de nuestro futuro de hombres libres. Lo que sostiene al afán totalitario del amo de Rusia y de sus secuaces es el odio letal a la democracia liberal que, mal que bien, representa Europa. Una Europa en horas bajas objeto de la traición de quienes, desde sus tripas, tratan de sabotear el empeño político más lúcido y ambicioso de la historia de la Humanidad. Frente a la pretensión totalitaria de Trump y Putin, 'might makes right' (la fuerza hace el derecho), Europa debe demostrar que el derecho ha de prevalecer sobre la fuerza.
La mayor parte de los españoles, al menos los representados por el PP y la mayoría del PSOE, es partidaria del rearme de Europa pese a las disfunciones que puedan provocar las necesarias inversiones. La hora es grave y no cabe escurrir el bulto apelando a un buenismo tramposo y a un falso pacifismo. Es lo que, al parecer, pretende Pedro Sánchez con sus oscuras maniobras dilatorias y su huidiza actitud ante el Congreso. Es conocido el interés obsesivo de nuestro presidente por lo que la historia dirá de su gobernanza. Pero una cosa es segura y es que Pedro Sánchez no pasará a la historia como el paladín de la paz y de la reconciliación.
Muy a pesar de lo dicho por el expresidente Zapatero, es una extravagancia comparar las figuras de Pedro Sánchez y Martin Luther King como prohombres de la paz. De pasar Sánchez a la historia, será por levantar un muro de exclusión frente a la mitad de los españoles, tras la construcción de un falso enemigo con la única finalidad de evitar la alternancia política. Es normal que Pedro Sánchez evite al Congreso para presentar sus planes concernientes al rearme de Europa, teme que el Parlamento y toda España puedan darse cuenta de su precaria desnudez.
No es cuestión, ahora, de lamentar la fatal desindustrialización de España en general y del País Vasco en particular. Ello ha supuesto el decrecimiento de nuestra economía y la grave mengua de los salarios justos y dignos, que sobre todo padece nuestra juventud. Hace muy poco, Mario Draghi exponía en su informe a la UE la urgencia de invertir en reindustrialización cantidades similares a las que la UE y la OTAN reclaman para rearmar Europa.
Sería deseable que los europeos fuéramos capaces de hacer de la necesidad virtud y emprendiéramos una ambiciosa reindustrialización para fomentar y recrear una industria armamentística que desde su inicio tendría un efecto disuasorio sobre la hostilidad de Rusia y sus epígonos. El rearme de Europa tendría incluso un efecto favorable para la posible reintegración de Reino Unido en la UE.
Dice nuestro presidente que el incremento de las partidas presupuestarias para el rearme de Europa se efectuaría sin que decreciera ni un céntimo la financiación de nuestros servicios sociales. Ojala fuera así, pero parece muy complicado, a no ser que el Gobierno central y los autonómicos se centraran en ser eficientes en el gasto y evitaran las duplicidades y los derroches de todo tipo que son norma en nuestra gobernanza.
Las habituales corruptelas en nuestro 'crony capitalism' deberían ser desterradas para sanear las finanzas públicas que adolecen de opacidad e ineficiencia. El fracaso de la trasparencia y la eficiencia en la adjudicación los fondos 'Next Generation' desaconseja el uso de deuda mancomunada europea en el caso del rearme que Europa precisa. La inversión rigurosa e inteligente en la industria armamentística puede suponer la ventana de oportunidad que Europa necesita para su consolidación económica y política. Si de verdad queremos la paz, debemos prepararnos para la guerra.
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