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Número extraordinario de El Diario Montañés, 1º de mayo de 1906, cuarenta páginas. En primera: Apuntes para la biografía de Pereda.
Arrebatado a las Letras ... Españolas el más castizo, vigoroso y popular de los escritores modernos, y privada además La Montaña del más genial y celebrado de sus cantores, que casi la creó al perpetuarla en sus páginas, haciéndola admirar en toda las lenguas, faltan palabras para expresar en una y en cien elegías lo grande, lo terrible, lo irreparable de la pérdida que ha sufrido la Patria con el Arte, y no queda más consuelo que ir ordenando hechos que, con tanto y con tantísimo como se ha escrito en múltiples ocasiones acerca de Pereda y de sus obras, pueda servir en lo porvenir, como mero índice y recopilación de «datos», para que el libro que no se puede componer ahora complete de veras en el conocimiento y amor de las generaciones futuras la profunda estimación que les merezcan a todas al primer juicio la literatura y la misma persona de Pereda reflejada en ella. Y a este solo fin, que no pecará de inmodesto más que por lo imperfectamente que se prepare aquí, puesto que lo ambiciosísimo de la duración de estas hojas ya está asegurado por sí con sólo la virtud del propósito, responden, con noble sinceridad, estos apuntes que siguen, ciertos todos y depurados en honradas comprobaciones, sin que, en tan hondo duelo de la provincia, la nación y las letras, le importe siquiera a El Diario Montañés, por lo que a él toca, la gratitud y la orfandad de quienes, a esta hora de rezar y empezar a medir su pena, mal podrían, aunque supieran, acordarse para nada de retóricas.
Todo un alarde técnico para tan temprana época: reproducción de la partida del bautizo de Pereda. Con fedatarias colaboraciones (en interiores), al cuidado de Pedro Sánchez, seudónimo de José María Quitanilla. Un perediano con avaricia.
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