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Madrid, entre lo viejo y lo nuevo

Hoy la verdad y la mentira son cada vez más fluidas

Miércoles, 5 de mayo 2021, 07:21

Vivimos en una democracia, y la democracia consiste básicamente en que un juez llamado Pueblo decide quién gobierna un país o un territorio durante los cuatro años siguientes. Ese juez es inapelable, pero es también un juez muy especial. Para empezar, ese juez no ... tiene rostro, no tiene figura ni personalidad. Es el resultado de una compleja operación aritmética, de una suma de voluntades, el recuento de votos, pasado por una fórmula matemática elaborada con intenciones justas –atribuir el gobierno al partido mayoritario– pero a menudo con efectos injustos, en cuanto permite que acabe gobernando una colusión de partidos minoritarios. Ese juez llamado Pueblo debe dar el poder a la mayoría, pero la mayoría es un concepto impreciso, por no decir confuso, equívoco.

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