De otra manera

Ahora sólo queda que alguien solucione el histórico problema sanitario que tiene ese enclave cántabro en territorio vizcaíno, algo que no parece que vaya a hacerse de la noche a la mañana. Así que yo que ella iría pidiendo cita otra vez.

Mientras tanto habrá que estar atento por si la mandataria de Valle de Villaverde crea tendencia y hay más alcaldes que siguen su pasos y deciden no vacunarse en señal de protesta por problemas de distinta índole en sus municipios. ¿Se imaginan? Desde Noja por la falta de efectivos para luchar contra el botellón y todo lo que genera a su alrededor, hasta Bareyo, municipio sin restricción horaria, al que se trasladan ahora los jóvenes para eludir el toque de queda. Desde Guriezo con los actos vandálicos hasta Castro donde los sanitarios critican la falta de efectivos para atender a 100.000 personas. Desde Bárcena de Cicero, donde el alcalde avisa de la presencia de okupas en el municipio, hasta Meruelo, donde ya habían advertido mucho antes. Sobrarían unas cuantas vacunas, por supuesto insuficientes para completar los pinchazos al 43,6% de cántabros aún sin inmunizar.