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Las escolleras de La Magdalena han sido una auténtica aberración, no lo cuestionan siquiera sus tardíos defensores, que han estado mucho tiempo contenidos, quizás porque para conservar el sillón no le convenía a la alcaldesa, que tuvo que cambiar de postura y pedir públicamente ella ... misma la retirada de los espigones.
Es lo que ha empezado a hacer el Gobierno de España, que cumple, como siempre dijo, con la petición expresa y democrática del pleno del Ayuntamiento, del Parlamento y del Gobierno de Cantabria. Todas las instituciones al fin alineadas y de acuerdo en revertir otra obra fallida en la ciudad. Otros dos millones de euros enterrados por el PP, esta vez en la playa.
Nuestra posición ha sido siempre parar y retirar las escolleras; es Gema Igual la única que ha cambiado y es ella quien tiene que dar explicaciones. Primero porque tuvo intereses, demostrados y reconocidos, en unas obras que defendió con el apoyo de concejales tránsfugas. Un escándalo; después porque rectificó y pidió la retirada de los espigones en el pacto de Gobierno, con el único fin de conservar su sillón en la Alcaldía.
Tiempo ha habido para el debate, pero ahora surgen los defensores de los diques con el mensaje de «es feo pero funciona», pero tampoco es cierto: los destrozos del último invierno en los accesos, que han descalzado y fracturado la entrada al oeste de la Punta de San Marcos (las escaleras de La Horadada) demuestran que el espigón construido ha desplazado el impacto desde los muros de propiedades privadas hacia los accesos públicos. Esto lo habían advertido los expertos. El espigón construido no responde al interés general. Es feo y no funciona.
El Instituto de Hidráulica, cuya creación impulsó el PSOE desde los gobiernos de Cantabria y de España, es un caso de éxito indiscutible y ya hemos dicho que tiene que ser nuestro faro, sin presiones políticas, para afrontar los desafíos de la emergencia climática. El IH exporta al mundo entero soluciones sostenibles y herramientas de gestión flexibles y complejas, como las que defiende el PSOE para Santander, mientras que los espigones son infraestructuras grises y baratas, de máximo impacto ambiental, que respondieron a una decisión política y al modelo del PP. La alcaldesa siempre ha intentado legitimar las escolleras instrumentalizando el IH, pero el IH ni siquiera existía cuando se encargó el estudio de alternativas al GIOC de la Universidad de Cantabria, que puso encima de la mesa 10 alternativas. De esas 10 sólo una se decantaba por los espigones. Fue, por lo tanto, una decisión del PP que aceleró el Gobierno de Mariano Rajoy.
¿Por qué cuando se invoca a los expertos se obvia siempre la opinión de los técnicos del Ayuntamiento de Santander que se posicionaron en contra de los espigones? Pues así fue. Apreciaron que el proyecto de las escolleras infraestimaba el impacto visual, y certificaron que podía ser la opción más barata pero no la mejor, que habría consistido en construir un dique exento. Íñigo de la Serna, Gema Igual y César Díaz ratificaron el informe del Jefe de Servicio de Urbanismo en Junta de Gobierno Local el 13 de agosto de 2013 ¿Por qué no lo defendieron nunca?
Cuando el PP y afines apelan a la razón, al saber y a los expertos, siempre se olvidan de este informe que es clave en esta historia. Lo silenciaron, lo escondieron y jamás lo defendieron. Fue el PP de Santander el que dio la espalda a los técnicos municipales ¿Por qué? Que lo expliquen.
Todos los problemas actuales en las playas de Santander son herencia recibida del PP. Todos. Desde el Chiqui hasta Peligros pasando por el REMA. El pedregal en la segunda playa del Sardinero vienen de la ampliación de la Avenida García-Lago, cuando eliminaron los espigones perpendiculares al paseo, lo que ha derivado en pérdidas de arena. Fue con Gobierno de Aznar en Madrid, Martínez Sieso en Puertochico y Gonzalo Piñeiro en el Ayuntamiento.
Los destrozos en la costa los hace el PP, en España, en Cantabria y en Santander; a nosotros nos toca las soluciones. El Ministerio para la Transición Ecológica ya tiene redactado el proyecto de restitución de esos espigones del Chiqui y ya ha quedado claro que paralizar el derribo del REMA depende en exclusiva del Ayuntamiento, que tiene que solicitar formalmente la concesión administrativa.
Sabemos que la confrontación es el único proyecto que ofrece Gema Igual a los santanderinos, pero nosotros vamos a exigir que deje de utilizar el Ayuntamiento al servicio de los intereses del PP y a desenmascarar su estrategia, recordando que no defendió el criterio de sus técnicos, que sí defendió unas obras en las que tenía intereses, que cambió de postura para mantener el sillón y que ahora quiere lavarse las manos sobre las consecuencias, como hace siempre.
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