Manolo Pastor, maestro del micrófono

Manolo, uno de los fundadores de Radio Popular de Santander y jefe de emisiones de tan querida casa, deja huella indeleble. Cuanto se proponía hacer, lo hacía de maravilla. Daba igual que se tratara de un espacio comercial, la entrevista con el personaje de actualidad, la promoción de los grupos musicales cántabros (qué decir al respecto de su magnífica labor desde los tiempos de 'Caravana de la Alegría' a través de las ondas de Radio La Voz de Cantabria), leer un texto o convertirse en rey mago para decirles a los niños que le escuchaban que los juguetes solicitados vía cartas estaban en camino desde el lejano Oriente. Me queda la satisfacción de haberle manifestado en vida la admiración que sentía por su exitosa trayectoria.

En aquellos agradables encuentros le saludaba siempre como maestro, pues consideraba que lo era. Si tuviera que destacar un rasgo de su estilo ante el micrófono optaría por el que, a la vez, es el más difícil de poseer: la elegancia. Se erigió, sí, en referente de algo clave cuando se pretende interesar, emocionar y fidelizar. Cualquier programa radiofónico o evento adquirían mayor empaque cuando él los presentaba. Su voz (perfectamente modulada, timbrada) e imagen (impecable), unidas a un envidiable carisma, resultaban sinónimo de clase. En definitiva, de eso con lo que se nace o no; que ninguna impostación puede sustituir. Por desarrollar de la forma más amena tal cualidad alcanzó día tras día el máximo nivel. Nos ha dicho adiós en silencio –o sea, como por contraste lo hacen los grandes de verdad– un número uno de la comunicación. Doy fe de ello. Mi más sentido pésame para su familia. Descanse en paz.