Secciones
Servicios
Destacamos
En apenas unos días se cumplirá el centenario del nacimiento de Alfonso Osorio (Santander 13 de diciembre 1923 / 23 de agosto de 2018). Con esa efeméride como norte, la Asociación Católica de Propagandistas le ha tributado una jornada de homenaje para señalar la tarea llevó ... a cabo.
Alfonso Osorio fue el epítome del santanderino: culto, elegante, cercano, trabajador, sencillo y siempre pensando en su tierra, en su cuna que, en versos de Gerardo Diego, fue también su palabra. Amó su tierra sin tasa y aceptó, con humor, cambios que debilitaban la esencia misma de su patria chica. De él nace aquella frase que ha hecho fortuna: «Cantabria, de soltera Santander», una forma elegante de mostrar su rechazo al cambio nombre de lo que para Alfonso fue siempre La Montaña.
En el inicio del verano, Alfonso llegaba a la Montaña para vivir cara al mar. En la ciudad de Sotileza tenía amigos, muchos y entrañables. Ya en Santander iniciaba su ritual: Lo primero, una visita a su librero, Valeriano García Barredo, de Estvdio. Una larga conversación con el gran oficiante de la literatura y la historia local y un repaso a las novedades editoriales. Alfonso Osorio construyó, pieza a pieza, una nutrida biblioteca sobre Cantabria. Posiblemente la mejor biblioteca sobre la región en manos privadas. Hoy en día, esa valiosa colección de miles de libros ha regresado a Cantabria, de la mano de los hijos de Alfonso Osorio.
Su veraneo activo se componía de una agenda por lo general muy bien cargada. En el final del pasado siglo su asistencia a la tertulia de La Austriaca, en la que conversaba con viejos y nuevos amigos. Con artistas, políticos, empresarios y artistas de diferente origen.
La relación de Alfonso Osorio con la Montaña ha sido perenne e intensa. Estuvo siempre dispuesto a colaborar en cualquier proyecto de altura para su tierra. Citar alguno de los múltiples asuntos en los que intervino puede ser una osadía, porque se quedarán en el olvido otros quizás más trascendentes. Fue el catalizador de la Asociación Cultural Plaza Porticada y junto a Elena García Botín y Pancho Pérez González desarrolló un colectivo que cuenta ya con una larga e intensa lista de hechos relevantes. La idea germinal era tan sencilla como dificultosa: Unir a cántabros que residían en Madrid para impulsar, desde diversos sectores, la conservación del patrimonio artístico en Cantabria y ayudar a difundir los valores de la tierra montañesa.
La Casa de Cantabria en Madrid cuenta, desde hace muchos años, con una sede soberbia en el centro de la villa. Con unas instalaciones amplias y muy bien dotadas. Alfonso Osorio fue la persona que logró ese milagro. Cuando la institución estuvo en serias dificultades financieras, los socios recurrieron a él, que, en un trabajo de negociación a varias bandas, rescató de la quiebra a la Casa de Cantabria y esa institución sigue hoy ofreciendo su acogida a los cántabros que viven en Madrid y es la auténtica «embajada» de Cantabria en la capital de España.
La figura del cardenal Herrera Oria fue decisiva en la formación ética y religiosa de Osorio. Así o refleja en sus memorias: «Mi primer contacto con la cosa pública o más exactamente con los problemas de la comunidad política datan de mi juventud, en mi tierra natal santanderina, cuando entré en contacto con don Ángel Herrera Oria recién legado a Santander, ya sacerdote, para adscribirse en la parroquia de Santa Lucía».
Su intervención en el éxito de la Transición española, en la conducción del régimen franquista a la democracia sin violencia, sin revancha, sin odio, fue esencial. Alfonso aportó al primer gobierno de Adolfo Suárez un buen número de ministros cuando una parte esencial de la clase política dudaba de la capacidad del nuevo ejecutivo para formar un equipo solvente, capaz de enfrentarse de forma simultánea a una severa crisis económica y al asentamiento de una democracia amenazada, fundamentalmente por el terrorismo de ETA y por la dificultad de que una buena parte de los españoles aceptaran el cambio.
En estos momentos de conmemoración del centenario del nacimiento de Alfonso Osorio es ocasión de reivindicar su figura, su papel esencial en la Transición y su aportación a su tierra, La Montaña. Es hora de que Santander, su cuna, le dedique una calle y que a lo largo del año 2024 se divulgue su obra, su pensamiento y las aspiraciones que tuvo para nuestra comunidad autónoma.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.