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En verano mudan costumbres, horarios y, lo que es más interesante y fructífero, se habla con personas con las que habitualmente no se tiene contacto, o es una relación esporádica y leve. Estas conversaciones de verano terminan por abordar asuntos profundos, poco acordes con la ... levedad estival. Las opiniones de unos y otros resultan iluminadoras de aspectos que están presentes en nuestra vida cotidiana, pero que apenas resultan visibles.
Breve diálogo con una taxista santanderina que comienza por constatar la saturación del servicio, por la lógica fuerte demanda veraniega. La cuestión es obvia ¿Por qué no reforzar la oferta de coches en épocas de incremento de la demanda? La conductora lo explica con claridad, con lógica y con una impecable argumentación: Esa cuestión ya se ha tratado con el Ayuntamiento que nos dice, con razón, que contratemos conductores para que el coche esté circulando casi veinticuatro horas al día. De esa forma habrá más taxis disponibles. La solución propuesta es la adecuada, ya que no obliga a incrementar el número de licencias, cosa que perjudicaría mucho al gremio del taxi durante el otoño e invierno. La siguiente pregunta es evidente ¿Por qué no se contrata a más conductores? La taxista santanderina responde con un punto de enfado: «Llevo meses tratando de contratar un chofer para el turno de tarde/noche y no hay manera de encontrar una persona interesada en trabajar. Al final, he logrado que un joven, que viene de un país del Este de Europa y que está estudiando, conduzca el coche. No hay espíritu de sacrificio cómo el que hubo en generaciones anteriores». La conductora se extiende en su tesis de que una buena parte de la juventud no quiere trabajar y valora mucho más el ocio y el tiempo libre.
Coincido con un jurista de máximo prestigio y, naturalmente, le pregunto por su opinión sobre el asunto que ha llevado a los juzgados a la esposa del presidente del Gobierno de España. La respuesta no deja lugar a dudas. «Desde el punto de vista penal creo que apenas hay materia. Es posible que la instrucción acabe en sobreseimiento o que, si llega a juicio, la sentencia sea favorable a la esposa del presidente». El jurista prosigue en su análisis: «Otra cuestión es la ética y la política. Los datos que ahora se conocen, que no han sido desmentidos, indican que ha habido una mala práctica y que se ha utilizado el cargo político para lograr beneficios reputacionales y económicos. Unos hechos que en cualquier país con la democracia consolidada habría llevado a la dimisión del presidente».
Un amigo que duda, mucho, de los datos científicos sobre el calentamiento global argumenta que no es posible prestar atención a las predicciones de lo que ocurrirá dentro de diez o veinte años. Aporta un ejemplo: «Nos anuncian que en Cantabria desaparecerán playas o se verán reducidas en tamaño y mientras vemos cómo nace un nuevo arenal en plena bahía, en la zona del Museo Marítimo. ¿Creemos a los que pronostican el futuro o nos atenemos a los hechos?». La duda no se resolverá hasta dentro de unos años y quizás para entonces no nos acordemos de este anuncio para comprobar si acertaron o se equivocaron.
Del asunto fundamental, del pacto entre el PSC/PSOE y ERC que otorgará a Cataluña el privilegio fiscal, apenas rastro en las charletas de las terrazas. Los cántabros permanecemos silentes ante un hecho que, de confirmarse en el Parlamento, supondrá un duro golpe para el bienestar de quienes habitamos entre la montaña y la costa cantábrica. Nuestra comunidad disfruta del verano y ve en la llegada masiva de turistas un maná que llena las arcas para afrontar el invierno. Cantabria es la región alegre y confiada, un lugar en el que la frase más repetida en las calles de las ciudades y villas es la voz del camarero que grita a la cocina, «¡otra de rabas!», y sigue disfrutando el presente. El futuro no merece la pena, llegará lo que proceda.
El Gobierno de Cantabria debe batallar, en estos días estivales, con la herencia recibida. La Guardia Civil nos descubre los dineros evaporados en la Consejería de Obras Públicas y las prácticas corruptas del equipo anterior. Detienen la alcaldesa y al ex alcalde de Santillana del Mar, algunos médicos dimiten y precarizan el servicio a los pacientes, pero las conversaciones giran sobre otros temas banales.
El papel excelente del cántabro Diego Botín, medalla de oro en vela, aporta una nota de optimismo en la cháchara. Un ejemplo de tesón y esfuerzo. Y deportistas de la tierra que triunfan en París inyectan notas de esperanza acerca de una juventud que demuestra que el mundo sigue y que cualquier tiempo pasado fue… peor.
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