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Una persona, un colectivo, un pueblo, una región no puede ser respetada si ella misma no lo hace. Cantabria posee personajes que han forjado su historia, creadores que han sido capaces de realizar grandes obras en muy diferentes esferas vitales. En la historia regional se ... habla de personajes como Corocota, a caballo entre la historia y el mito, del gran navegante Juan de la Cosa, del arquitecto Juan de Herrera, de Marcelino Menéndez Pelayo, el polígrafo… de tantos y tantos otros que, si continuara, en lugar de expresar una idea me limitaría a una relación de ilustres.
Cualquier colectivo tiene como cometido defender a quienes destacaron y dejaron huella. Cantabria no siempre lo ha hecho. Ante injustos ataques a los suyos mantuvo silencio o expresó débiles protestas. Cuando no existe capacidad de defensa se abren las puertas al abuso y la desigualdad.
Un primer ejemplo puede ilustrar la cuestión. Marcelino Menéndez Pelayo tuvo como maestro a Milá y Fontanals. Menéndez Pelayo hablaba catalán y Milá y Fontanals le consideró su discípulo predilecto. Hace años, el odio hacia lo español arrebató a don Marcelino casi todas las huellas de su presencia en Barcelona. En Cantabria reinó el silencio ante tamaño desatino.
Mucho más cerca en el tiempo, las autoridades independentistas barcelonesas desmontaron la estatua del primer marqués de Comillas, que un grupo de empresarios catalanes había encargado, pagado y ubicado en una plaza de la ciudad condal. La figura de Antonio López fue simbólicamente quemada por el furor independentista, incapaz de asumir que un cántabro, con un apellido alejado de los sonoros catalanes, tuviera su figura en bronce, en una céntrica plaza, para recordar que muchas de las fortunas que engrandecieron Cataluña se forjaron por el genio de un cántabro.
El pasado mes de agosto se encendió una luz de esperanza. En el palacio del marqués de Comillas se presentó el libro 'La singular vida de Claudio López Bru'. Una biografía rigurosa, basada en la historia real, escrita por Óscar Uceda Márquez, que analiza la figura del sucesor de Antonio López, una persona que ha dejado en Cantabria un legado importante, empezando por la Universidad Pontificia de Comillas.
Óscar Uceda desmonta, con datos y documentos, la leyenda negra de Antonio López. Los ataques al primer marqués de Comillas y a su sucesor, Claudio López Bru, comienzan con el libelo editado por Francisco Bru, hermano de la mujer de Antonio López. El cuñado del marqués dilapidó su fortuna en las mesas de juego y no asumió que su padre, con buen criterio, dejara al frente de los negocios a su cuñado Antonio López. Francisco Bru acumuló en su panfleto todos los tópicos negativos contra el fundador del conglomerado empresarial más importante de España. Calificativos tales como ruin, ladrón, bruto, esclavista… se acumulan en sus páginas.
Todas las acusaciones carecían de pruebas y por ello, tras la demanda pertinente, Francisco Bru fue condenado. Sobre esas calumnias, la izquierda independentista barcelonesa construyó una pirámide de infundios.
Otro difamador del marqués de Comillas y de su hijo Claudio fue el sacerdote Jacinto Verdaguer, gran poeta en lengua catalana, quien actuó durante años como limosnero de la casa Comillas. Verdaguer gastó sin tasa ni control el equivalente a cientos de millones de euros en obras de caridad, que en muchos casos no eran tales. Finalmente Verdaguer se obsesiona con los exorcismos y debe ser suspendido 'a divinis' por las autoridades eclesiásticas cuando abandona sus obligaciones y convive con una viuda y su hija.
A Claudio López Bru le llegó la herencia de la inquina de su tío, pésimo empresario que termino en la quiebra de sus negocios. La vida y obra de la persona que ordenó construir el seminario de Comillas, una joya recuperada en gran parte, por Cantabria como sede del Ciese, está cuajada de luces y sombras… pero sobresale lo positivo sobre lo negativo.
La presencia en la presentación del libro 'La singular vida de Claudio López Bru' de Juan Antonio González Fuentes, director general de Cultura del Gobierno de Cantabria, indica un posible cambio de actitud frente a los ataques, completamente carentes de base, del independentismo catalán. Los nuevos responsables de la gestión cultural en esta región parecen interesados en colocar en el lugar que merecen personajes de la talla de la saga Comillas, autores como Menéndez Pelayo y un largo etcétera.
En el año 2025 se conmemora el centenario de la muerte de Claudio López Bru, segundo marqués de Comillas, una excelente oportunidad para rescatar su figura y limpiar las calumnias vertida sobre él y su padre.
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