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Francisco Alejandro Pérez Martínez es una identidad que exagera la irrelevancia. Ser un escritor famoso con esa firma resulta misión casi imposible, máxime si quien ... desea alcanzar la gloria es un joven que vive en Valladolid, sin una familia que le proporcione contactos y le abra puertas. Y Pérez Martínez decidió llamarse Francisco Umbral, romper moldes hasta construir un personaje, su alter ego, que le permitiera entrar en el olimpo de las letras. Umbral forjó su propia leyenda con la fragilidad de su salud, la bufanda blanca, las tenidas con las marquesas o saliendo a comprar el pan.
Francisco Umbral
Se cumplen 50 años de la publicación de una joya literaria, 'Mortal y rosa', un libro que transforma el dolor en belleza. Un prodigio de prosa poética que es un 'Platero y yo' pasado por las lágrimas, la rabia y el desencanto. La lectura de esa elegía a un niño que muere cuando todavía tiene toda la vida por delante, sobrecoge y espanta mientras exhibe un prodigioso lenguaje.
Umbral escribió 'Mortal y rosa' en 1974 y lo publicó al año siguiente. Mientras Franco se moría, España mudaba de piel y la modernidad buscaba los senderos híspidos para metamorfosearse en la mariposa de la libertad. Umbral oficiaba en la café Gijón, en las noches que pretendían emular a los clásicos modernos: Valle Inclán, Camilo J. Cela, Quirós, Raúl del Pozo… en interminables veladas de duelos de palabras y creación de lenguaje. El muchacho de Valladolid apadrinado por Miguel Delibes y Manu Leguineche otorgó nueva dimensión al columnismo. Dejó de lado la política para escribir sobre los cielos de Madrid o el perfume de las mañanas. Llevó la lírica a las páginas de los diarios.
La muerte de su hijo Francisco a los seis años le produjo un impacto brutal. Bien puede decirse que la muerte prematura de su hijo produjo un giro copernicano en el alma del escritor: Francisco Umbral cruzó el umbral de la paz y la bonhomía para adentrarse en el mundo del pesimismo, el desencanto y el dolor. Francisco Pérez Martínez –los apellidos de su madre ya que su padre no le reconoció– se transmutaron en uno de sus pseudónimos y nació el escritor, articulista y poeta Francisco Umbral.
'Mortal y rosa' es un ejercicio deslumbrante del uso del lenguaje, una construcción poética en prosa que ha quedado como una de las piezas literarias más importantes de la segunda mitad del siglo XX. Umbral tuvo un don casi mágico para la escritura. Su obra es muy prolífica y era capaz de escribir un artículo en un cuarto de hora que era una obra orfebrería lingüística. Manejaba la metáfora con una facilidad pasmosa e hilvanaba las frases de tal forma que las palabras cobraban nuevo sentido.
Recuerdo a Jesús Pindado, periodista, comentado con admiración casi religiosa los párrafos de 'Mortal y rosa', los meandros de una sintaxis preciosista, cargada de dolor y belleza. Umbral tuvo una frustración que internamente le laceraba: no haber escrito una gran novela, una obra como 'La familia de Pascual Duarte' de Cela o 'Los cipreses creen en Dios' de Delibes. Pero alumbró una pieza literaria original, inclasificable, un poema en prosa que asemejaba un canto general.
Umbral intervino en varias ocasiones en la UIMP y dejó las aulas regadas de anécdotas. Su conexión con lo cántabro fue intensa. Recuerda en uno de sus libros cómo llegó por primera vez al café Gijón de la mano de Pepe Hierro y su admiración por Gerardo Diego.
Umbral navegó siempre a contra corriente. Hijo de madre soltera en una época en la que esa condición suponía un estigma, comenzó a asistir a la escuela con diez años, cuando los niños se iniciaban ya en el bachillerato. Fue un lector pantagruélico capaz de absorber la técnica de los grandes maestros. Se inició en el columnismo en 'El Norte de Castilla' y de allí su columna se distribuyó a varios diarios regionales. Finalmente llegó a la cumbre de los articulistas en los diarios 'El País' y 'El Mundo'.
Traicionó a muchos de sus amigos y protectores en 'El Giocondo' y ha dejado una visión caleidoscópica de la España del tardofranquismo y de los primeros lustros de la democracia.
Con motivo del cincuenta aniversario de la publicación de 'Mortal y rosa' se anuncian ediciones con interesantes estudios incorporados y algunos folios de los eruditos sobre esa obra. Una ocasión perfecta para que quienes no leyeron este poema en prosa lo hagan y para que las nuevas generaciones accedan a una pieza literaria excepcional.
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