Una gran oportunidad

En las elecciones del próximo 28 de mayo se elegirá un Parlamento que, a su vez, designará al Gobierno regional para los próximos cuatro años. Uno de los puntos clave para ese futuro está anclado en la sanidad. Resulta imprescindible revertir el declive de la asistencia primaria en la región. No es aceptable que Cantabria esté entre las comunidades con mayores listas de espera para el acceso a un diagnóstico o tratamiento especializado. Máxime cuando se cuenta con cuatro hospitales para atender a una población de seiscientos mil habitantes.

Además de mejorar los servicios básicos, es preciso trazar un plan a medio y largo plazo que permita hacer de nuestra región un lugar puntero en asistencia biomédica e investigación. Está demostrado que para crecer es idóneo apostar por aquellos sectores en los que se está bien posicionado.

Cantabria tiene base para ser un referente de salud en toda España, y para ello es obvio que se debe potenciar la colaboración público privada, ya que el objetivo no es tanto contar con una atención sanitaria pública, sino con un servicio universal que cubra las necesidades de toda la población. La experiencia de ese tándem entre la sanidad pública y la privada, desarrollada en Valdecilla en los últimos años, es un excelente aval. Lo importante es ofrecer servicios sanitarios de calidad, eficientes y accesibles a todos. Qué la gestión sea pública o privada resulta un elemento secundario.

El proyecto de hacer de Cantabria una comunidad puntera en la asistencia e investigación cuenta con bases sólidas, pero precisa un consenso político para desarrollar planes a medio y largo plazo. Navarra es un posible modelo para esa estrategia.

El martes, día 25, la asociación Foramontanos Siglo XXI ha organizado una mesa de debate sobre las oportunidades que la sanidad ofrece a Cantabria. Los intervinientes son ejemplo vivo de la calidad de nuestros médicos. El coloquio, que se desarrollará en la Cámara de Comercio de Santander, puede ser un referente para iniciar un camino que sitúe a nuestra comunidad a la cabeza de la asistencia sanitaria y de la investigación. Un polo de atracción de talento y también de pacientes.

En el presente, el gasto en sanidad por habitante en España es bajo, ya que nuestro país se sitúa entre los que menos porcentaje de su PIB destina a la atención médica. Cantabria puede y debe realizar un esfuerzo para incrementar la aportación en el área de la salud y también en mejorar la eficiencia de ese gasto. Si a ese impulso se suma un plan para lograr que entidades privadas decidan instalarse aquí, se puede lograr que nuestra comunidad sea un polo de atracción para médicos y pacientes de toda España.

La sanidad es uno de los pilares del estado de bienestar y un sector en el que se aúnan, tanto la necesidad de personal, como de cuadros técnicos de alta especialización. Una vez se admita, y las últimas declaraciones de los líderes socialistas de Cantabria así lo indican, que es buena la colaboración entre el sector público y el privado, se abren excelentes expectativas para atraer a Cantabria centros médicos de alta especialización y laboratorios que investigan nuevos fármacos y tratamientos. Cantabria, con el prestigio de Valdecilla y un cuadro de doctores excelentes, puede lograr ser una comunidad de referencia en tratamientos sanitarios.

Sobre la ya vieja dicotomía entre la sanidad pública y privada resulta necesario hacer hincapié en el hecho de que la asistencia sanitaria privada alivia las listas de espera y descarga de pacientes la atención en la sanidad pública, hasta el punto de qué si los miles de personas que ahora cuentan con un seguro privado, y que son a la vez pacientes del Servicio Cántabro de Salud, se volcaran sobre la medicina pública, pasaríamos de unas preocupantes listas de espera a un verdadero colapso.

Cantabria posee una sólida base de excelencia en la medicina y sobre ella es posible desarrollar un sector que genere empleo de calidad y que prolongue la imagen de excelencia que Valdecilla ha tenido y mantiene.