La honda huella de Kennedy

El atentado contra Kennedy causó enorme conmoción global. Máxime, cuando el hombre que le disparó fue tiroteado estando detenido y conducido a la cárcel, con varios policías a su alrededor. La relevancia de una noticia tan espectacular como el magnicidio y las diferentes teorías sobre quiénes estaban detrás de Oswald, el autor de los disparos, ocultaron la tarea desarrollada por un presidente en dos años y diez meses. Corto espacio de tiempo que resultó, sin embargo, muy fructífero.

Kennedy rompió moldes. Fue el primer católico que llegó a la presidencia de EE UU y que lo hizo tras ganar las elecciones a Richard Nixon. Su forma de comunicarse con los estadounidenses, sus discursos claros y firmes en defensa de la libertad y la democracia supusieron un acicate para defenderse de la infiltración del comunismo en los países libres.

Recién llegado a la presidencia, tuvo que enfrentarse a la construcción del muro de Berlín. La medida destinada a encerrar a los habitantes de la Europa del Este fue la prueba definitiva del fracaso del sistema comunista, de lo que se denominó 'el socialismo real'. Mientras la izquierda en los países democráticos de Europa no reconoció que tras el telón de acero no había ni libertad ni bienestar, Kennedy viajó a Berlín para reafirmar el compromiso de su país con la democracia y el progreso. Su discurso en el muro, frente a la puerta de Brandeburgo, ha pasado a la historia como un canto a la dignidad.

El joven político norteamericano dio ejemplo personal como marino en la II Guerra Mundial. La patrullera en la que combatía en el Pacífico fue embestida por un crucero japonés y Kennedy fue capaz de llevar a sus compañeros hasta una isla cercana y todos salvaron su vida. Pudo, con las influencias de su padre, haber pasado la guerra en un destino tranquilo dentro de su país, pero se presentó para luchar. Su hermano mayor murió en combate en Gran Bretaña, tras la invasión del día D.

Kennedy demostró que en menos de los cuatro años de una legislatura es posible culminar muchos proyectos. Un desmentido a quienes afirman que necesitan, como poco, dos legislaturas para llevar a cabo las prometidas reformas. Una lección para los políticos ineficientes que siempre encuentran disculpas para justificar su torpeza o su carencia de coraje para modificar situaciones de todo punto inadmisibles.

El presidente JFK juró su cargo el 20 de enero 1961 y el 12 de abril del mismo año la Unión Soviética logró un éxito descomunal al colocar a un hombre en la órbita de la Tierra. La salida al espacio de Yuri Gagarin supuso un duro golpe para el prestigio de Estados Unidos y su reacción fue inmediata: anunció la 'nueva frontera' en alusión a la conquista del espacio. El programa de la NASA recibió un gran impulso, se destinaron miles de millones de dólares a la investigación y, finalmente, EE UU obtuvo un premio mayor al colocar a un hombre en la luna, en el verano de 1969. JFK no pudo disfrutar de ese éxito, pero sin la visión del hombre que visualizó una nueva frontera, una vez superada la del río Misisipi en la conquista del Oeste, el vuelo de seres humanos a la Luna, se habría retrasado mucho tiempo.

Entre los logros de Kennedy deben resaltar su lucha por los derechos de la población negra, el plan de la Alianza para el Progreso, destinado preparar a los jóvenes latinoamericanos en sus propios países, la defensa de la libertad y la democracia frente a la extensión del totalitarismo soviético y también la apuesta por una juventud que iniciaba la revolución social de la década de los sesenta. Naturalmente, no todo fueron aciertos. El error, en los primeros días de su presidencia, al autorizar el desembarco de un grupo de cubanos anticomunistas en Playa Girón, la ausencia de control sobre el FBI, mantener tropas en Vietnam y la posiblemente escasa velocidad con la que acometió el problema racial en Estados Unidos. De su vida privada, los errores fueron numerosos y notables.