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Cantabria ha aportado a la historia de España un buen número de personas que han sido decisivas en la construcción de la nación. Protagonistas de diferentes gestas, desde las militares hasta las artísticas. La relación de personajes excepcionales nacidos en estas tierras es extensa y ... rica. Es posible remontarse al hombre de Altamira, que dejó en las paredes de su cueva el primer testimonio del impulso creador. También arrojados y valientes como el almirante Bonifaz (de origen incierto, que unos atribuyen a Cantabria y otros a Italia) o el deslumbrante Juan de la Cosa, todos ellos fueron decisivos en el alumbramiento de España. Más adelante Velarde se alzó contra la francesada e inicio un levantamiento popular que propició la primera derrota a Napoleón…
Hace días, José María Lassalle, un santanderino que investiga sobre la evolución de la ciencia, la tecnología y su interacción con las personas, dijo que tres cántabros en la historia de los cuatro últimos siglos habían marcado una huella indeleble en España.
José Madrazo fue el primero de los citados por Lassalle. El artista que, con la confianza del rey Fernando VII, reorganizó el Museo del Prado de tal forma que bien puede ser considerado el padre, promotor y ejecutor de la mejor pinacoteca del mundo. Este artista, formado en España e Italia, trajo a España la técnica de la litografía y fue un impulsor de las artes, que reunió lo mejor de la pintura que estaba en manos del rey y de otros sacerdotes y nobles para agruparlas en el Prado. Ahora mismo la gran colección de obras reunida por Madrazo mantiene su brillo y es, sin duda, la pinacoteca más rica y completa del mundo.
Tras de sí dejó una saga familiar de artistas que se extiende hasta su biznieto, Mariano Fortuny, y que esas cuatro generaciones han aportado un enorme talento a la pintura y a la cultura de España.
La segunda persona de los señalados por Lassalle fue Antonio López y López, marqués de Comillas. En el escenario del Palacio de Festivales de Santander, la conversación entre Guillermo Balbona y Lassalle – bajo la atenta mirada del director de El Diario Montañés Íñigo Noriega– mostró la tarea esencial llevada a cabo por el joven comillano que viajó a Cuba, regresó a España y en Cataluña multiplicó su fortuna.
La capacidad de Antonio López para entender el progreso le condujo a nutrir su flota con buques de vapor, abandonado la vela antes que sus competidores. Además, su tarea innovadora, se plasmó en que su villa natal, Comillas, que de su mano fue la segunda población española, tras Madrid, dotada con luz eléctrica. Antonio López tuvo una enorme capacidad para aunar voluntades y logró reunir capitales para fundar un gran banco, expandir sus negocios en Filipinas y el lejano Oriente. Pero sobre todo contribuyó a la restauración de la monarquía, con el regreso a España de Alfonso XII y con ello propició unos años de estabilidad en la gobernabilidad de la nación.
La figura del Marqués de Comillas, denostada injustamente por sus cuñados y maltratada por el independentismo catalán, ha sido clave en el desarrollo comercial e industrial de España.
El tercero de los cántabros claves en la historia de España es Marcelino Menéndez Pelayo. El gran polígrafo montañés es un personaje esencial a la hora de entender la historia de la literatura española y un pensador profundamente conservador, con aportaciones ineludibles para entender la creación en España. La figura de Menéndez Pelayo ha resistido los ataques de una izquierda iletrada y la condena al ostracismo por parte de la derecha menos culta. Pese a la inquina y el olvido su peso en la construcción del alma de España resulta inevitable.
El legado de Marcelino Menéndez Pelayo se mantiene en Santander, con su biblioteca. Una joya que no atraviesa su mejor momento. Sin director desde hace años, aquejado el edificio por el deterioro del paso del tiempo y un tanto olvidado por la dificultad de acceder al propio inmueble en el que se guardan los libros obtenidos por don Marcelino a lo largo y ancho de Europa durante toda su vida. Santander, Cantabria y España no deben permitir que esos libros permanezcan olvidados en un edificio, de gran belleza, sin que, con todas las precauciones y controles necesarios, pueda ser visitada y lo investigadores tengan acceso.
Lassalle habló, en su tierra, de los retos que presentan las nuevas tecnologías y en paralelo nos trasladó siglos atrás, para poner ante nuestros ojos la extensa y potente relación de los personajes que la región ha aportado a la historia de España. Una mirada al devenir, anclada en una historia apasionante.
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