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La mitología clásica acuñó, además de dioses, figuras míticas que han pervivido a lo largo de los siglos. Desde Aquiles, el de los pies ligeros, a Apolo, el que hiere de lejos, muchos nombres han quedado hasta el presente. Si nos precipitamos desde la altura ... de la Ilíada a los artistas contemporáneos –posible pecado imperdonable– topamos con 'Los cuatro fabulosos de Liverpool', aquellos Beatles que revolucionaron la música, la moda y las costumbres en los años sesenta de pasado siglo, en la década prodigiosa.
Tras caer de la altura inconmensurable de Homero, hasta los Beatles, llegamos, más al fondo, a tres artistas de enorme mérito. Nacidos y formados en Santander, triunfaron a escala internacional y que el paso del tiempo pudiera obliterarles, sería una injusticia manifiesta. Hablo de los hermanos Calderón López de Arróyabe: Fernando, Ramón y Juan Carlos. Tres personajes que han dejado profunda huella y que bien merecen un reconocimiento explícito en la ciudad en la que se forjaron.
Los hermanos Calderón son los 'Tres fabulosos de Santander', tres creadores con un talento singular que trajeron a Cantabria las corrientes de libertad que ya recorrían Europa y que cristalizaron en el mayo de 1968, en las calles de París. Tres jóvenes, en pleno franquismo, con una dictadura que se manifestó con más dureza en la restricción de las libertades individuales, procedentes de una familia acomodada, que rompieron moldes y aportaron creatividad en una ciudad pacata y reprimida.
Fernando (1938-2003), el hermano mayor, dibujante extraordinario, simbolizó 'el hombre nuevo' de la Europa liberal en las costumbres y transgresora en el arte. Su sobresaliente capacidad para el dibujo le convirtió en el retratista de moda y se consagró como muralista con diferentes obras que se conservan tanto en Cantabria como en diferentes lugares de España. Destaca el mural del Convento de las Dominicas de Loeches (Madrid). Su relación con Cayetana de Alba fue larga y cuando murió sus cenizas reposan en Sevilla bajo un cuadro pintado por Fernando Calderón. En Santander perviven un cuadro de gran formato en el hotel Bahía y unos frescos en la sede del Banco Santander que han sido preservados en la obra de remodelación del inmueble. También un fresco en la iglesia de Argoños.
Ramón Calderón (1932-2004) encarnó el típico perfil bohemio de los artistas. Pintor, escultor y decorador de gran talento, creó un estilo profundamente personal. Su pintura es, para algunos críticos, superior a la de su hermano Fernando, con un tratamiento de la materia creativo y evocador. Su talante abierto, desprendido, ha regado su obra por cientos de locales y viviendas santanderinas. En la entrada del hospital Valdecilla, una escultura suya actúa de centinela.
De los tres hermanos, el más universal fue Juan Carlos (1938-2012). Su música traspasó fronteras y algunas de sus composiciones quedan entre las más bellas y aplaudidas de la música popular. Los arreglos musicales de Juan Carlos a la canción española más emblemática de la segunda mitad del siglo XX: 'Mediterráneo' es una verdadera joya. Tuve la oportunidad de escuchar la composición original de Serrat, grabada con su guitarra en una cinta magnetofónica, y después la grabación tras los arreglos de Calderón, una prueba de la importancia de un buen arreglista. En su haber las composiciones para Nino Bravo, la creación de Mocedades y especialmente la canción 'Eres tú', récord de ventas y difundida por todo el mundo. Juan Carlos triunfó en Estados Unidos y su talento fue disputado por los grandes sellos musicales.
En Santander los tres fabulosos pusieron en pie un lugar que revolucionó la ciudad: el Drink Club. Situado en un bajo, al fondo de la calle Río de la Pila, ofreció una decoración absolutamente original, debida en gran parte a Ramón Calderón. El Drink era el santo y seña de la vanguardia. Los extranjeros que llegaban a Santander traían anotada la dirección y acudían a una sala en la que se improvisaba jazz o se podían escuchar las canciones de los grupos de vanguardia, cuyos discos aún no estaba a la venta en España. Los alumnos extranjeros de la UIMP regresaban a sus países con la imagen de una ciudad, Santander, moderna y abierta, en abrupto contraste con otras urbes españolas.
Este verano la asociación Plaza Porticada ha organizado, en la UIMP, unas jornadas para recordar y estudiar la figura del gran músico cántabro. Una iniciativa plenamente justificada y que bien podría ser el pórtico para que la ciudad honre, como se merece, la figura de los tres fabulosos de Santander. Ahora hay una calle con sus nombres, pero bien merecen una estatua y nadie mejor que Cobo Calderón para plasmar a tres hermanos que han dejado huella.
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