Los autócratas reinventan la política

En todo el mundo, las democracias se enfrentan a un enemigo nuevo que no tiene ejército ni armada. No procede de ningún país localizable porque no viene de fuera, sino de dentro. Un peligro como este es esquivo, difícil de identificar. Todos lo notamos, pero nos cuesta ponerle nombre. Necesitamos nombrarlo para así comprenderlo, combatirlo y derrotarlo.

¿Quién es este nuevo enemigo que atenta contra nuestra libertad y hasta nuestra supervivencia como sociedades democráticas? Los poderosos que actúan de una forma nueva y maligna. La maldad que vivimos hoy es una variante vengativa que imita la democracia al tiempo que la socava. Parece que los poderosos han estudiado los controles concebidos por las sociedades libres durante siglos para eludirlos y después contraatacar. Asistimos a la revancha de los poderosos.

Como investigador en ciencias sociales, Naím analiza las tres 'pes': populismo, polarización y posverdad, cuyo manejo ha impulsado el ascenso de líderes como Berlusconi, Bolsonaro, Erdogan, Duterte, Donald Trump. Todos ellos convergen en los impulsos desestabilizadores. Rechazan la razón en nombre de la experiencia vivida y del sentimiento. Pisotean los valores de la universidad, la búsqueda de la verdad y el respeto a la libertad académica.

Los poderosos que militan en las tres 'pes' han adquirido especial fuerza en nuestro tiempo. El populismo se basa en el 'divide y vencerás'. Aparentando defender al pueblo, termina configurando un país más represivo y acentuando la polarización cosechan la conflictividad social. Por discusiones de carácter político, económico o religioso dejan de hablarse incluso los familiares.

Los poderosos de hoy tienen en común ser conscientes de que para mantenerse en el poder han de acabar con todo lo que les quita un poder omnímodo. Y prefieren hacerlo como a escondidas. El golpe de Estado ya no es un evento, es un proceso. Poco a poco debilitan la fuerza de los parlamentos, de los jueces, etc… Manejan con mucha habilidad los medios de comunicación. Son muy atractivos para sus seguidores a los que exigen fidelidad absoluta, como si fueran hinchas del fútbol. Procuran tener fans más que seguidores. Pretenden pasar como insustituibles. Acusan a la democracia de lentitud porque exige diálogo y consensos. No soluciona los problemas de un mundo en cambio acelerado.

Como es difícil tener éxito en el gobierno de un país, aspiran a la legitimidad que da el ganar unas elecciones y en la insistencia en que trabajan por la prosperidad del pueblo. Viven obsesionados por atacar a los medios de comunicación que son críticos con ellos.

Asistimos hoy a la lucha entre las democracias y las autocracias. Vivimos inmersos en un régimen vertiginoso de producción de informaciones que no nos permiten, en muchas ocasiones, poner en práctica el sano espíritu crítico. Las mentiras fluyen por doquier. Los fraudes telefónicos, las falsedades divulgadas por canales electrónicos, están a la orden del día. La inteligencia artificial ha venido a complicar las cosas produciendo un constructo matemático que, es más peligroso y de consecuencias mucho más efectivas de las que pudiera producir el ser humano. Otra forma muy frecuente de alterar la percepción de la realidad es la construcción de los denominados 'relatos'. Hoy 'la batalla por el relato' es la clave esencial en la pugna entre rivales en la controversia social o política.

Frank Fukuyama ha escrito: «En La revancha de los poderosos, Moisés Naím, uno de los observadores más agudos de la política mundial, cataloga exhaustivamente las amenazas a la democracia por parte de dictadores, populistas y empresas durante estos últimos años, y establece paralelos perspicaces a través de ámbitos muy dispares. Una obra importante y oportuna».