Caminos de reencuentro

La persecución sufrida por la Iglesia en España solo se puede entender en ese gran contexto. La exclusión programada del cristianismo, por parte de tendencias nacionalsocialistas como marxistas, venía de antes y se estaba realizando en varios países de Europa. En la guerra civil se acentuó.

Cuando se han vivido conflictos serios, el reencuentro y la reconciliación no son automáticos. Es un proceso, un camino a recorrer. Hay que asumir la realidad, reconocer los propios errores, pedir perdón y perdonar para poder sanar las heridas y avanzar juntos de forma nueva.

A esto lo llama el papa Francisco «memoria penitencial»: restablecer la fraternidad y construir la paz. Recordando el pasado de una manera restauradora. «Hace falta aprender a cultivar una memoria penitencial, capaz de asumir el pasado para liberar el futuro de las propias insatisfacciones, confusiones o proyecciones. Sólo desde la verdad histórica de los hechos podrán hacer el esfuerzo perseverante y largo de comprenderse mutuamente y de intentar una nueva síntesis para el bien de todos» (n. 226).

Los mártires son testigos de la misericordia divina en un siglo tan dramático como el siglo XX. Son hermanos nuestros, familiares, conciudadanos, hombres y mujeres a quienes les fue arrebatada la vida por testimoniar su fe. Y lo hicieron como Cristo, perdonando. Frente al egoísmo, los enfrentamientos y la dureza de corazón, los mártires nos enseñan que el amor hasta dar la vida es posible. Esto nos alumbra el camino a recorrer, nos da esperanza en la bondad del ser humano y nos fortalece para combatir el mal que siempre está presente. Porque la Redención de Cristo es una realidad actual, que alcanza al corazón de cada hombre que la quiere acoger.

Una iniciativa concreta para hallar caminos de reencuentro ha cristalizado en un Foro de diálogo y estudio sobre el perdón y la reconciliación. Se ha puesto en marcha el 12 de marzo de 2024. Como fruto de la colaboración del Instituto de espiritualidad de la Universidad Pontificia de Comillas y la Oficina para las causas de los santos de la Conferencia Episcopal Española.