Erradicar la trata de niños

Eduardo Verástegui, director de la película 'Sound of freedom', ha entendido como un deber de conciencia denunciar que tenemos que hablar de los millones de niños en el mundo que son víctimas de trata. Durante algunos años son violados de 10 a 15 veces al día. Luego, muchos de estos niños entran al segundo negocio, que es el mercado negro del tráfico de órganos.

La trata de niños es un proceso de explotación en etapas: reclutamiento, transporte, traslado, alojamiento o recepción de un niño.

Según el derecho internacional, la trata de niños constituye un delito, así como una violación de los derechos de los niños. En particular, la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño de 1989 establece que «los desplazamientos y los retornos ilícitos de niños» está prohibida. Según Unicef, «alrededor 8,4 millones de jóvenes se involucran en las peores formas de trabajo infantil, incluida la prostitución. Muchos están esclavizados: obligados a trabajar para pagar una deuda, viven en una situación cercana a la esclavitud» (Unicef, 2005).

Son principalmente las adolescentes las que son utilizadas con fines de prostitución o producción de pornografía infantil. Estas prácticas están particularmente extendidas en destinos de turismo sexual

Hablamos de un negocio que mueve 150 billones de dólares al año. Son muchos los involucrados en él y de muchos sectores que presionan fuertemente para que estos hechos no se conozcan. Pero no lo han logrado, porque ya son millones de personas en todo el mundo los que están dispuesto a no rendirse en la batalla.

Cuando se trata de salvar vidas dice Eduardo Verástegui, no te puedes rendir. ¿Qué harías si ese niño fuera tu hijo o tu hija? Yo pararía todo lo que estoy haciendo para encontrar a mi hijo, a mi sobrino, a mi ahijado. Y esperaría que el mundo entero hiciese lo mismo y me ayudasen a encontrarlo.

'Sound of freedom' es más que una película porque ya, gracias a Dios, se ha convertido en un movimiento global. No la han hecho para hacer negocio sino para concienciar sobre un problema tan atroz como éste de la trata de niños

La ideología de género también es un ejemplo de cómo se quiere corromper a los niños. Se están metiendo con nuestros hijos y ellos no van a parar hasta lograr que la pedofilia se legalice. Es un mal tan terrible que es algo satánico, es diabólico. Y precisamente por eso no podemos detenernos en esta lucha.

Ahora bien, aunque las leyes siguen siendo abortistas, la gente joven cada vez es más provida. Los jóvenes cada día más se dan cuenta de que si no defendemos el derecho fundamental, el derecho a nacer, los demás derechos sobran. Por eso lo más importante es proteger y defender la vida humana en su etapa más vulnerable. Sumarse a esa defensa convierte a un joven en un héroe, porque hace de su vida una misión a favor de la vida de los más vulnerables.

¿No es heroísmo del bueno defender la vida de los que no tienen voz y no se pueden defender por sí mismos? Ser provida significa mirar por los niños de la calle, los niños víctimas de trata, los adolescentes que sufren adicciones, los que fueron falsamente acusados y están en la cárcel y no se pueden defender, los enfermos que no tienen un tratamiento adecuado, las mujeres maltratadas, las madres solteras abandonadas, los ancianos, las personas que están muriendo de tristeza porque ni sus propios familiares los visitan.

Para luchar contra la trata de niños, es necesario estar atentos a tres áreas principales:

–Perseguir a los responsables de estas prácticas a través de la detección, investigación y condena para desmantelar las organizaciones de trata de niños;

–Proteger a los niños de la trata y la esclavitud mejorando la identificación y el apoyo de los niños víctimas y acompañándolos para reducir los daños causados por la trata y la esclavitud.

–Prevenir la trata de niños a largo plazo abordando las desigualdades socioeconómicas en el mundo, reduciendo la demanda de niños víctimas de la trata al tiempo que se hace que las prácticas de trata y esclavitud no sean rentables.