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Es urgente luchar contra el llamado 'invierno demográfico': la tasa de natalidad desciende año tras año y desembocaremos en una pirámide de población insostenible. En Europa, y en España en especial, ha caído la natalidad de modo alarmante. La tasa de fecundidad entre nosotros es ... de 1,4 niños por mujer, y en consecuencia no se puede garantizar el reemplazo generacional. Se necesitaría crecer al 2,1. No olvidemos que una nación sin hijos es una nación sin futuro.
Sin lugar a dudas, el envejecimiento de la población es una anomalía provocada artificialmente por las políticas de planificación familiar desarrolladas por diferentes organismos estatales o internacionales o, incluso, por entidades privadas.
Los datos que ha proporcionado Rafael Puyol respecto a Cantabria son especialmente llamativos. Las defunciones superan a los nacimientos. Dentro de poco el número de personas mayores, jubiladas y dependientes hará que la economía regional resulte insostenible. La caída del 25 por ciento del número de alumnos en los primeros ciclos de la enseñanza es alarmante. Por otra parte, emigran a otros países muchos jóvenes profesionales, técnicos, directivos y hasta investigadores o científicos que se formaron aquí y ahora no cotizan para el sostenimiento de los mayores.
La incidencia del aborto en la ralentización del crecimiento demográfico y, por tanto, en el envejecimiento de la población es evidente. Cada año se producen en el mundo unos 80 millones de nacimientos. El aborto calculado mundialmente es de unos 45 millones anuales. Esto significa que por cada dos nacimientos se ha producido un aborto. En Europa, incluyendo Rusia, se producen actualmente unos 8 millones de abortos al año.
Otra de las causas del envejecimiento de la población es la esterilización y el uso de métodos anticonceptivos. Actualmente un 8 por ciento de las mujeres del mundo ha sufrido, voluntaria o involuntariamente, la esterilización. Por lo que respecta a los métodos anticonceptivos, podemos decir que ya han arraigado en los hábitos sexuales de las poblaciones más envejecidas.
El recurso a la inmigración es la medida fácil que se ha adoptado y que de momento ha evitado vivir una catástrofe económica en Occidente. Sin embargo, poco a poco puede acelerar el proceso de envejecimiento en los países en vías de desarrollo, ya que las fuertes corrientes migratorias privan de capas de población joven a los países de origen. Además, dejan frecuentemente a los ancianos en condiciones más precarias. Como siempre, nuestra sociedad egoísta quiere resolver sus problemas a costa de los más pobres.
Con todo, «lo más duro del invierno demográfico es la soledad». De 660.000 españoles que vivían solos en 1970 hemos pasado a cinco millones en 2022. La soledad es una de las plagas del siglo XXI.
La sociedad española se encuentra en una encrucijada, según Eduardo Hertfelder, presidente del Instituto de Política Familiar, y dependiendo de la evolución que en los próximos tiempos se produzca, sus problemas demográficos se agravarán aún más o, por el contrario, se empezará a salir de este túnel demográfico en el cual está inmerso.
Algunos estudios demoscópicos señalan que muchas mujeres desearían ser madres, pero la pérdida de trabajo o de categoría profesional que les acarrea, el coste elevado de la crianza de los hijos, la carestía de la vivienda,etc… frenan o retrasan la maternidad. La mitad de las Comunidades (País Vasco, Galicia, Castilla y León, Comunidad de Madrid, Navarra, Cantabria, Asturias y Aragón) tienen una edad media de maternidad por encima de los 32 años. Hay que revertir esta situación y hacerlo con la máxima urgencia. En cuestión de demografía no se puede pensar en el corto plazo. Hacen falta años para que las políticas a favor de la natalidad den sus frutos.
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