Secciones
Servicios
Destacamos
Con ocasión del paso del Papa Francisco de este mundo a la casa de Dios Padre, tengamos un recuerdo agradecido y oremos por su eterno ... descanso. Es un momento precioso, en esta tribuna que me pide El Diario, para expresar nuestra comunión de afecto y de obediencia con el que ha sido sucesor de Pedro entre nosotros. Su servicio a la Iglesia universal ha sorprendido a muchos, dentro y fuera de la Iglesia.
1. Los gestos del Papa Francisco
Verdaderamente ha habido algo nuevo en el estilo del Papa Francisco que llamaba poderosamente la atención: su cercanía a la gente, especialmente a los enfermos; su ternura con los niños, sus delicadezas con los ancianos; su predilección por los presos, los discapacitados, los drogadictos, los enfermos. Ha preferido no vivir aislado en los apartamentos pontificios. En sus viajes no utilizaba el papamóvil tradicional con cristales blindados y prefirió que la gente pudiera acercarse a él, darle la mano, ha abrazado a todos sin discriminación. En sus viajes apostólicos ha preferido ir a lugares donde los católicos son pocos y están lejos de la cabeza de la cristiandad
Lo mismo que Jesús, que, amando a todos, tuvo una especial preferencia por los marginados y excluidos. Sorprenden, por ejemplo, las palabras del cantante Elton John: «El Papa Francisco es para la Iglesia la mejor noticia desde varios siglos hasta hoy. Este hombre, él sólo, ha conseguido acercar de nuevo las gentes a las enseñanzas de Cristo. Francisco es un milagro de humildad en la era de la vanidad».
En la pastoral, el Papa Francisco ha destacado por su cercanía, proximidad y encuentro. Es la lógica evangélica que vemos, por ejemplo, en la parábola del buen samaritano. Ha pretendido que la Iglesia saliera al encuentro de todos los seres humanos, especialmente de las periferias geográficas, sociales y existenciales. Quisiera ayudar a descubrir el significado profundo de estos gestos del Papa. No se trata sólo de anécdotas más o menos simpáticas. Sus gestos y su estilo de vida encierran algo más, mucho más. A mi modo de ver, nos han aportado unas claves excepcionales para una profunda renovación de la Iglesia. Lo veremos claramente considerando sus palabras.
2. Las palabras del Papa Francisco
Sus grandes temas han sido tres: la alegría, la misericordia y la misión. La alegría porque el Evangelio es buena noticia. La alegría atraviesa todo el pontificado del Papa, su magisterio es como un poliedro de la alegría. El otro gran tema, la misericordia, es la clave hermenéutica de su pontificado. La misericordia lo cambia todo, es el amor de Dios al ser humano en sus miserias. El Papa Francisco ha querido una Iglesia en salida misionera, no sólo porque realizara algunos actos de carácter misionero, sino porque pone en clave misionera su actividad habitual. El 'cambio de estructuras' que la Iglesia necesita, dijo más de una vez, no es fruto de una reorganización estática, sino que es consecuencia de la dinámica de la misión. Pero no hemos de olvidar que la misión evangelizadora exige la oración. Cuando pedía constantemente que rezáramos por él no era una costumbre piadosa, sino que nacía del convencimiento de que sin oración no hay frutos en el ejercicio del ministerio. «La evangelización se hace de rodillas». Sin la relación constante con Dios la misión se convierte en función. El riesgo del activismo, de confiar demasiado en las estructuras, está siempre al acecho. La difusión del Evangelio no está asegurada ni por el número de personas, ni por el prestigio de la institución, ni por la cantidad de recursos disponibles. Lo que cuenta es estar imbuidos del amor de Cristo, dejarse conducir por el Espíritu Santo, e injertar la propia vida en el árbol de la Cruz del Señor.
«Las redes de la Iglesia son frágiles –comentaba a los obispos brasileños–, quizás remendadas; la barca de la Iglesia no tiene la potencia de los grandes transatlánticos que surcan los océanos. Y, sin embargo, Dios quiere manifestarse precisamente a través de nuestros medios, medios pobres, porque siempre es él quien actúa. Queridos hermanos, el resultado del trabajo pastoral no se basa en la riqueza de los recursos, sino en la creatividad del amor. Ciertamente es necesaria la tenacidad, el esfuerzo, el trabajo, la planificación, la organización, pero hay que saber ante todo que la fuerza de la Iglesia no reside en sí misma sino que está escondida en las aguas profundas de Dios, en las que ella está llamada a echar las redes».
Tanto con sus gestos como con sus palabras, el Papa Francisco ha abierto las ventanas de la Iglesia y ha ejercido un nuevo tipo de liderazgo religioso. Lejos de mostrar una imagen hierática de trono y pedestal, a este Papa no le importaba situarse a ras de tierra, como el resto de los mortales, y mostrarse en su condición más humana y humilde, con sus virtudes y sus defectos. Con su manera de proceder, el Papa Francisco invitaba a instaurar en el seno de la Iglesia una nueva manera de proceder nada pretenciosa, más creativa y cercana, capaz de ejercer la autocrítica y abrir las puertas al cambio.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Circula sin dos ruedas, en sentido contrario y triplica la tasa de alcohol
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.