Maquiavelo australiano

Recordemos: un aumento del 16,81%, la primera comunidad del país en este negro registro, con una media nacional que fue solo del 3,31%, y siendo la segunda autonomía mortífera Navarra, con un 8,67%. Cuando tratábamos de este tema en algún comentario del año pasado sobre datos provisionales, y El Diario comenzó a desarrollar reportajes sobre esa evolución, parecía que creíamos en teorías de la conspiración o que Netflix nos había afectado a la cabeza.

Pero aquí está la estadística oficial: en 2022 el aumento de mortalidad cántabra ha sido cinco veces superior al nacional y muy por encima de cualquier otra autonomía. ¿No hay responsabilidades de nadie? ¿Nos da lo mismo que fallecieran un 17% más, en vez de solo un 3%? Muchas personas, abuelas y abuelos en su mayoría, seguirían entre hijos y nietos en 2023, de haber sido ese el porcentaje cántabro: un 3%. ¿Es necesario decir con todas las letras quién, cómo y dónde debería dar las explicaciones? Porque esa cifra indica que el lugar más peligroso para vivir en 2022 fue Cantabria, al menos para ciertos ciudadanos.

–Un tipo listo, ese Maquiavelo– dice mi gato Boris, siempre acechando el artículo. Pero creo que han hecho la táctica australiana del 'gato muerto'.

–¿?

–Ya sabes, lanzar algún tema llamativo, el «gato muerto sobre la mesa de la cena», para desviar la atención de los medios de un asunto indefendible– explica.

–Eres un gato maquiavélico, Boris.