Marcha atrás

Agoreros, que sois unos agoreros. Como si aquí, en esta tierra, los trenes fueran para atrás. Literal. ¡Ay, Cantabria! No todo va a ser perfecto. Se suben dos periodistas para hacer un reportaje del caos en las Cercanías y el tren no sólo les deja tirados sino que va marcha atrás. Y van y lo cuentan. ¡Qué gente! Seguro que estos mismos agoreros serían capaces de recuperar lo que se dijo cuando se daba por hecho que La Pasiega y el Mupac iban a ser financiados con fondos europeos: «Las impresiones que tengo son muy buenas. Son muy receptivos a estos proyectos, que los hemos trabajado mucho y hemos insistido mucho. Sería una sorpresa increíble que no entraran en dicho reparto». ¿Sorpresa? Agoreros. Están en todas partes y apuntan en todas las direcciones. Ese mismo tren que iba a Liérganes, marcha atrás casi llega a Santander si le dejan. ¡Ay, la capital! Aunque no quieran, aquí no les queda otra que apelar a la «voluntad política» de Madrid para recuperar los 623.000 euros de fondos europeos que se perdieron por el camino. ¡Ay, la capital! La misma donde el Supremo ha puesto en jaque la recaudación de impuestos desde 2003. ¿También aquí van marcha atrás? No hay más que agoreros.