La precariedad laboral enferma y mata

Sólo en Cantabria se registraron el año pasado casi 9.200 siniestros laborales, 11 de ellos mortales. Cifras que son un fracaso social y a las que se suman las de unas enfermedades laborales ocultadas sistemáticamente.

CC OO y UGT ya advirtieron en su momento que la recuperación productiva tras la pandemia aumentaría la siniestralidad si no se acompañaba de mejoras en las condiciones laborales y las estadísticas oficiales lo confirman; por lo que pedimos ambición y valentía a los gobiernos para acabar con este problema social y proteger la seguridad y salud laboral de los criterios económicos a la hora de legislar.

En este 28 de abril, Día Internacional de la Seguridad y Salud en el Trabajo, UGT y CC OO quieren dar voz y visibilizar a las víctimas, tanto de los accidentes laborales como de las 22.500 enfermedades profesionales reconocidas de manera oficial, 390 en Cantabria.

Aunque parezca un número elevado, se lleva denunciando desde hace mucho tiempo que las cifras mencionadas de enfermedades profesionales están muy por debajo de la realidad e implican una clara infradeclaración; y en concreto las vinculadas a cánceres de origen laboral, entre ellos los causados por amianto. En 2022, únicamente se declararon 107 enfermedades profesionales causadas por agentes cancerígenos en todo el país (una sola en Cantabria), 76 debidas al amianto.

Para los dos sindicatos, la creación de un registro nacional de empresas con riesgos de exposición a agentes cancerígenos y un registro de trabajadoras y trabajadores expuestos, como el aprobado recientemente en Cantabria para el amianto, es imprescindible para revertir esta situación en la inminente modificación del Real Decreto de Agentes Cancerígenos.

No hay que olvidar el pasado y aprovechar lo aprendido del amianto. La creación del Fondo de Compensación para las víctimas del amianto es una lucha sindical por fin conseguida, que CC OO y UGT veníamos reivindicando hace mucho tiempo, junto con las asociaciones de víctimas. De todos modos, este logro carece de reglamento regulador y que fije cuantías dignas, lo que retrasa su puesta en marcha y la justicia y reparación de víctimas y familias.

La prevención de riesgos laborales sigue teniendo muchas otras cuentas pendientes como la protección de la salud mental, su adaptación a las nuevas condiciones laborales o los retos que implican las transiciones digital, demográfica y ecológica.

Cabe recordar que la protección de la salud mental sigue siendo la gran olvidada de la gestión preventiva, pese a que las patologías asociadas a los riesgos psicosociales generan más de una tercera parte de las personas fallecidas en los centros de trabajo de Cantabria y de todo el país.

Una vez más, la precariedad laboral tiene consecuencias y, desgraciadamente, la intensificación del trabajo asociado a la digitalización, la gestión algorítmica laboral o la economía de plataformas lo va a empeorar todavía más.

Sin embargo, el mayor reto de todos es conseguir que las empresas cumplan la Ley de Prevención, que se integre en la gestión preventiva en las empresas y acabar con el trasvase de patologías profesionales al Sistema Público de Seguridad Social.

CC OO y UGT instan a las administraciones y empresas a tomar soluciones definitivas. Las empresas tienen que cumplir con la normativa preventiva y la Inspección de Trabajo y Seguridad Social y la Fiscalía de Seguridad y Salud en el Trabajo hacer lo propio con su labor esencial de vigilancia.

Por último, UGT y CC OO valoran la reciente aprobación de la nueva Estrategia Cántabra de Seguridad y Salud en el Trabajo 2023-2028, pese a que no ha incluido la figura del Delegado de Prevención Territorial que se reclamaba para empresas que carezcan de delegados de prevención.

Aun así, esperamos que se convierta en el instrumento que concrete el desarrollo y mejora de las políticas preventivas necesarias y que para ello cuente con el presupuesto y los recursos necesarios en un diálogo social que en Cantabria tiene que dar prioridad a la lucha contra la lacra social de la siniestralidad laboral.