Margarita del Val

Margarita es muy clara en sus declaraciones respecto al coronavirus. Como frente a cualquier otra infección, el aspecto determinante es la cantidad de gente susceptible de ser infectada, por lo tanto está claro que vamos a sufrir una nueva oleada de la enfermedad; el verano puede ser un factor atenuante, pero el virus no va a desaparecer.

Piensa que es más fácil que aparezca antes un tratamiento efectivo que una vacuna, porque tanto los ensayos como la producción son más sencillos; pero aunque los tratamientos ayuden, el control de la enfermedad sólo llegará con la vacuna. Conseguir la inmunidad de forma natural sin ella costaría 20 años, durante los que se verían seriamente afectadas la sociedad y la economía.

En cuanto a la vacuna, no se atreve a ponerle fecha, es imposible conocer de antemano las complicaciones que se pueden presentar, pero cree que la vacunación no podrá ser masiva por los problemas que supone la producción y distribución a escala global, al principio estará reservada a personal sanitario y grupos de riesgo. Eso no debe deprimirnos, tenemos que asumir que estos son los años de la pandemia, que debemos adaptarnos, e ir alegrándonos de cada relajación de las medidas.

Mientras llega la vacuna deberán seguir alternándose las medidas de confinamiento y desescalada, tal vez con alguna variación respecto a las que hemos adoptado. En este sentido, nos recuerda que ambas son situaciones desconocidas para las que nadie tenía un manual, y se están abordando por el procedimiento de ensayo y error.

Sobre todo, recalca la endémica necesidad de financiación que padece la ciencia en España, de los 200 proyectos de la plataforma, apenas 60 cuentan con fondos, procedentes en su mayor parte de donaciones particulares. Si queremos que una próxima pandemia nos pille preparados, la inversión en ciencia es imprescindible.