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En Unidas Podemos ni siquiera saben cuándo vendrá por Cantabria Yolanda Díaz en su gira dedicada a la 'escucha activa' del electorado de izquierdas, ese mantra que puso de moda el PSOE en el ciclo electoral de 2019, y, a su vez, para explicar en ... qué consiste exactamente su proyecto 'Sumar' que intenta consolidar a trancas y a barrancas. No es que sea un asunto urgente para la vicepresidenta segunda del Gobierno de España, pues ya tiene anunciado que no participará en las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2023 y que se reserva para las generales, pero no estaría de más que intentase inyectar un poco de entusiasmo a las tropas cántabras en el objetivo de volver al Parlamento regional, del que fueron desalojadas en 2019, y de mejorar su representación en los ayuntamientos. Claro que está por ver cuál es el calado de la propuesta política de Yolanda Díaz, que por momentos parece errática, y si tiene de verdad un espacio propio entre el PSOE y el viejo Podemos. Entre Sánchez, que unas veces la promociona con vistas a lograr una mayoría de gobierno en el futuro y otras veces le roba las ideas de izquierda, y Pablo Iglesias, que primero la ungió como heredera en el cartel electoral, y ahora, escoltado por las ministras Montero y Belarra, le siega la hierba bajo los pies con frecuentes desencuentros por asuntos referidos a la gestión gubernamental o al futuro electoral. En los primeros tiempos felices, Unidas Podemos Cantabria saludó la promoción política de la vicepresidenta gallega, pero cuando empezaron las turbulencias, la 'vieja guardia' podemita, fiel a Iglesias, a Montero y a Belarra, se permitió mandarle algún recado que otro a Díaz a través de las redes sociales.
No le faltan partidarios a Yolanda Díaz en Cantabria, incluso tiene a gente de esta región colaborando en el armazón de su proyecto, que en buena medida se propone recuperar el espíritu abierto y transversal de los primeros tiempos de Podemos, frente a la rigidez orgánica que impera ahora. Subrayan que la vicepresidenta es uno de los líderes mejor valorados en los estudios demoscópicos, incluso entre los votantes del PSOE, que poco a poco construye su liderazgo con autonomía frente al aparato podemita y con sus relaciones directas con Pedro Sánchez y hasta con Alberto Núñez Feijóo, aunque los seguidores de Díaz reconocen que los roces en el Gobierno y en la acción política le suponen un desgaste.
Por 'Sumar' en la izquierda, como reza el lema de la propuesta, que no sea porque faltan caladeros en Cantabria: además del electorado de Unidas Podemos están los que salieron tarifando en el conflicto interno que se instaló en la anterior legislatura en el Parlamento, en la opinión pública y hasta en los tribunales, los que se borraron por el penoso espectáculo, los críticos con Iglesias y los suyos que preferían a Íñigo Errejón, la izquierda cantabrista y hasta la ACPT de Torrelavega, el grupo municipal más solvente, pero que hasta la fecha no se ha mostrado muy dispuesto a adherirse a un proyecto de más recorrido. La variedad de sensibilidades políticas que conviven en su seno complica esta posibilidad.
Mientras tanto, Unidas Podemos avanza en los complejos procesos orgánicos vinculados a las elecciones. En Podemos, el coordinador, Luis del Piñal, se ha tomado una pausa política voluntaria por tiempo indefinido y Mónica Rodero concurre a las primarias electorales en una lista de consenso con una fuerte impronta femenina. En Izquierda Unida, Israel Ruiz Salmón lideró en septiembre la candidatura de unidad en las primarias electorales.
Más adelante, ambas formaciones tendrán que resolver la lista que presentarán en coalición autonómica en los comicios de mayo. En 2019, en plena convulsión de Podemos, concurrieron por separado y pronto reconocieron que fue un grave error que les penalizó sensiblemente. En el ámbito municipal, Podemos no ha tenido avances a lo largo de su trayectoria. IU se cree en condiciones de mejorar los 16 concejales que tiene en la actualidad en Cantabria. En Santander, el grupo Unidas por Santander tiene un edil, Miguel Saro, que no repetirá en 2023.
En Unidas Podemos preparan con razonable optimismo el desafío electoral. Sus dirigentes apuntan que todas las encuestas que manejan les otorgan representación parlamentaria, al menos los dos escaños que obtendrían con el 5% de los votos. Si la media de los sondeos nacionales concede a la coalición algo más de un 10%, no les parece tan difícil llegar a la mitad de ese registro en Cantabria. El acceso de la izquierda radical a la Cámara podría suponer importantes variaciones en la correlación de las fuerzas políticas e incluso en las opciones de pactos políticos. No obstante, otros estudios auguran que la recuperación del espacio político de Unidas Podemos en el Parlamento de Cantabria es muy improbable.
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