De María Blanchard a Gloria Torner

El adjetivo artista suena femenino, pero obviamente se aplica tanto a hombres como mujeres, sin necesidad de retorcer el diccionario para acuñar 'artisto' cuando se refiere al género masculino. Las mujeres en el mundo del arte han estado silenciadas durante siglos, privadas de la posibilidad de crear y exponer su talento. Cuando se presenta la ocasión de resaltar los logros femeninos se mantiene en segundo plano a las mujeres que han desarrollado su creatividad en la música, la pintura, la literatura, etc.

La enmienda a ese error ha comenzado, quizás tímidamente, pero el inicio ya es de por sí importante. El vicepresidente del Gobierno de Cantabria, que es a la vez consejero de Cultura, ha decidido, con acierto, dedicar este año a poner en valor la obra de Gloria Torner, una mujer con una larga trayectoria que pinta con singular maestría y personalidad. Los cuadros de Torner son inconfundibles y tienen en la bahía santanderina la plasmación de una visión poética de la naturaleza, un colorido tenue que capta esa suave neblina que la humedad presta al paisaje. Reflejan con armonía y trazo diestro un paisaje cantado por los poetas, autores que tanto influyeron en los colores y la biografía de Gloria Torner.

Gloria encontró en la bahía su paisaje indentitario. Así como Cézanne tuvo en Aix-en-Provence su visión obsesiva y mítica, la santanderina (nacida en Arija, Burgos) ha fijado en la 'bella entre bellas del harem de España', en versos de Gerardo Diego, su mirada. El reconocimiento a Torner debe extenderse a las mujeres que rompieron no ya el techo de cristal, sino el telón de acero que impedía que la mujer ocupara el lugar que le correspondía en el foro de quienes creaban belleza.

Muchos años antes de que Gloria Torner expusiera sus cuadros, triunfó en París la santanderina María Blanchard. Una artista que vuelve a ser actualidad por la adquisición de su obra 'La Boulonnaise' por el Museo del Prado. Esa compra ha suscitado un debate sobre si la obra de Blanchard debe seguir en el Reina Sofía o exhibirse en el Prado. La cuestión no deja de ser curiosa: Para determinar en que momento los artistas entran en el Reina Sofía se tomó como referencia la fecha de nacimiento de Pablo Picasso y resulta que María Blanchard nació en el mismo año 1881..., pero en el mes de abril, mientras que Picasso vino al mundo en octubre. Con la norma tomada de forma literal, el Museo del Prado puede tener obra de la gran pintora santanderina pero sucede que la mayor parte de los cuadros que pintó en París están en el Reina Sofía. ¿Conviene dispersar los cuadros de la gran cubista montañesa? ¿Es mejor mantenerlos en un solo fondo?

María Blanchard superó una grave deformidad física desde su nacimiento, logró ser considerada como una más en aquel París que bullía de creadores de talento Juan Gris, Picasso, Diego Rivera..., y ha dejado una obra original que crece en reconocimiento a medida que transcurren los años.

El periodista, novelista y licenciado en historia del arte Baltasar Magro ha publicado un libro titulado 'María Blanchard. Como una sombra' que muestra la personalidad de esta santanderina, católica devota, caritativa hasta el desprendimiento, sensible y sufridora. Una mujer que fue capaz de superar su físico y abrirse paso en un mundo de hombres y pertenecer al olimpo de los grandes artistas. Magro ofreció un perfil diferente de Blanchard en el Aula de Cultura de El Diario Montañés el pasado viernes, un retrato diferente de la creadora cántabra.

Blanchard y Torner, dos pintoras separadas por el calendario, con vidas y trayectorias distintas, pero que resaltan la importancia de las mujeres en el ámbito del arte. Dos mujeres que han logrado superar barreras y quebrar prejuicios. Cuando se quiere potenciar la imagen de la mujer es necesario evocar figuras como estas, mujeres que han labrado su carrera a base de esfuerzo, talento y creatividad.

En la estela de estas dos grandes artistas hay muchas más. Una larga lista de pintoras, escultoras y escritoras que dejan prueba de su talento y su sensibilidad. El cambio de ideas y costumbres ha modificado para bien el papel de la mujer en el universo de la cultura.