Por la Atención Primaria de los cántabros

Revertir la situación de deterioro que venía viviendo nuestra sanidad pública está siendo uno de los principales desafíos del Gobierno de María José Sáenz de Buruaga, que está haciendo lo que no se ha hecho en los últimos años: planificar, gestionar y poner más recursos que nunca al servicio de nuestro sistema sanitario.

No es la primera vez que combatimos los problemas de la sanidad cántabra y hemos demostrado que sabemos hacerlo. Ahí está como ejemplo el Hospital Valdecilla que terminó un gobierno del PP con Buruaga al frente de la Consejería, poniendo fin a más de 15 años de obras en tan solo 16 meses.

Ahora el reto al que debemos hacer frente es la escasez de profesionales médicos que está poniendo en jaque a toda la sanidad española. Por primera vez en la historia no hay médicos para contratar en verano. Y es la falta de facultativos dedicados a la medicina de familia lo que ha complicando la atención médica sobre todo en las zonas rurales. Pero pese al caos que pregonan voces interesadas en generar alarma, la situación de la Atención Primaria en Cantabria no es mala: sólo hay una plaza vacante por cubrir y es la escasez de profesionales en todo el Sistema Nacional de Salud la única causa que dificulta los refuerzos o la sustitución de ausencias.

A diferencia del anterior Gobierno de PRC y PSOE, que metieron en un agujero a la sanidad regional y que hoy todavía tiene más que decir por mero ánimo destructivo, el Gobierno de Buruaga está abordando problemas significativos y ha optado por planificar en lugar de improvisar, por negociar con los profesionales en lugar de imponer, y por informar a los ayuntamientos y a los usuarios en vez de ignorar sus necesidades.

Porque la situación que vive nuestro sistema sanitario no es nueva ni se ha gestado de un día para otro. Se sabía, y lo advertimos con tiempo, que si el Gobierno de España no tomaba medidas este verano habría falta de médicos debido al retraso en su formación especializada a causa de la pandemia de covid-19. Pero no hubo previsión ni por parte del Gobierno de España ni del anterior Gobierno de Cantabria para evitarlo.

El Gobierno de Pedro Sánchez podía haber modificado los calendarios de estudio intensificando los programas formativos de los Médicos Internos Residentes (MIR) para alcanzar los objetivos en menos tiempo y posibilitar su contratación este verano. En Cantabria, el Gobierno PRC-PSOE podía haber contratado más médicos cuando tuvieron la oportunidad de hacerlo. Pero ni lo uno, ni lo otro.

Somos conscientes del problema y el Gobierno de Cantabria está trabajando intensamente en buscar alternativas para garantizar la máxima cobertura asistencial. Ha planificado toda la asistencia para este verano menos las bajas que son imprevisibles y, por primera vez, a través del plan diseñado por las consejerías de Salud y Fomento, se ha garantizado la cobertura de Atención Primaria en el medio rural durante el verano, con todos los consultorios abiertos con un profesional enfermero y facilitando transporte a los pacientes de los consultorios donde falte un médico.

El Gobierno del PP se ha anticipado a los problemas y, a diferencia de otros territorios, no ha tenido que recurrir a la denegación de vacaciones de los profesionales, al cierre de consultorios o a la reducción de los horarios asistenciales para garantizar la atención sanitaria en época estival.

Además, se están desarrollando contratos especiales y nuevos puestos de trabajo interinos, con incentivos económicos y condiciones laborales mejoradas con la intención de retener profesionales en Cantabria y consolidar una plantilla estable para nuestro sistema de salud que permita una mejor organización en todas las áreas sanitarias.

Porque es necesario implementar medidas que promuevan la atracción y retención del talento médico en áreas rurales. Quien no vea esto no está viendo la realidad.

Aunque hay quien parece más interesado en crear un relato falso sobre la situación sanitaria regional, la sanidad está hoy mucho mejor que cuando llegamos al Gobierno. Ahora hay previsión, planificación, negociación con los profesionales e información, así como coordinación máxima con los ayuntamientos. Todo ello para conseguir la atención sanitaria que los cántabros merecen y necesitan.