La oportunidad es el cambio

Porque Cantabria necesita de verdad un cambio. Lleva años sufriendo una política muy parecida a la que ahora se aplica en Madrid e inundada de anuncios electorales que no cristalizan en nada.

Es aquí donde Miguel Ángel Revilla inventó la política de los gestos, de los platós de televisión, y es Pedro Sánchez quien copió esa manera de hacer, porque él también cree que la política son gestos, fotos y entrevistas. Sánchez y Revilla son aliados naturales.

Y para mí la política no es eso. La verdadera política es gestión, sacar proyectos adelante, entender bien los problemas de los ciudadanos y esforzarse en solucionarlos con determinación, solvencia y seriedad.

Pero nada de eso puede hacerse cuando uno no tiene palabra, promete, elección tras elección, pero luego se olvida y, desgraciadamente, eso es una seña de identidad de Revilla y también de Sánchez. Llevamos 16 años aguantando esas políticas en Cantabria y, año a año, nos hemos ido quedando atrás.

Siempre es el mismo esquema: llegan las elecciones y todo se llena de promesas y sonrisas, pero cuando toca gestionar, cuando toca mojarse y tomar decisiones, prefieren pasear por los platós y firmar libros.

Honestamente creo que esto se ha acabado porque ya nadie cree nada de lo que dice Revilla y porque su unión con Sánchez ha demostrado que son lo mismo, en las formas y en el fondo, y la gente se ha dado cuenta.

Revilla ha aprobado 89 de 96 decretos de Sánchez, un 93%. Después del PSOE y de Podemos solo Teruel Existe ha votado más veces con el Gobierno de Sánchez. Ha votado con Sánchez y Podemos más que Compromís, que Errejón y Más País, más que el PNV y el PDCAT, más que Bildu y más que Esquerra Republicana de Cataluña. ¡Ahí es nada!

Y de ahí viene todo: el lobo, la vivienda, los okupas, la muerte de Sniace, el escándalo de los trenes que no caben por los túneles. Todo.

Lo llevamos viendo mucho tiempo y cada día que avanza la campaña más: la oposición se comporta como gobierno y el Gobierno se dedica a hacer oposición a la oposición y, cuando eso ocurre, el cambio es imparable.

Y lo es porque da igual el fuego de artificio que Revilla se saque de la manga para distraer a los ciudadanos y porque la situación es insostenible.

Parece que el viento sopla de cara. Las encuestas dicen que una gran mayoría de cántabros no están contentos con la dirección que ha tomado Cantabria.

Sin embargo, el cambio no es todavía una realidad y la altura del reto al que nos enfrentamos no es menor. Lo que nos jugamos es que Podemos entre en el Gobierno de Cantabria.

No existe ninguna posibilidad de que el PRC y el PSOE sumen mayoría, así que la única posibilidad que tiene Revilla de ser presidente es dar entrada a los comunistas en el Gobierno.

Yo no quiero una región donde el precio del poder sea la podemización de Cantabria y la tiranía de las minorías para proteger la okupación, enmarañar la política de vivienda, subir los impuestos, expulsar la inversión empresarial y seguir protegiendo al lobo frente al ganadero.

Todos hemos visto lo que ha pasado en esa jaula de grillos que es el Gobierno de Sánchez y Podemos, con la ley del solo sí es sí que desprotege a las mujeres y ha reducido la pena a más de 1.000 agresores sexuales.

Necesitamos una gran mayoría de votos que proteja a Cantabria del radicalismo. Nosotros somos la única formación política que puede impedir que Podemos y Sánchez controlen la región, porque Revilla será su marioneta, un convidado de piedra de un Gobierno como el de España que ya sabemos qué consecuencias trae.

Quien sueñe con una Cantabria diferente que mira al futuro y hacer de nuestra región una tierra de oportunidades, solo tiene una opción: la papeleta del Partido Popular.

Somos una fuerza política abierta, sin dogmatismos, seria, eficaz y que sabe gestionar y cuando decimos que bajaremos los impuestos, bajarán los impuestos; que crearemos más y mejor empleo, habrá más y mejor empleo; que reduciremos las listas de espera, se reducirán las listas de espera. Y cuando decimos que conseguiremos que el AVE llegue a Reinosa, el AVE llegará a Reinosa.

Porque la diferencia entre ellos y nosotros no es la propuesta en sí, que también, es la certeza, la seriedad, la consistencia, la credibilidad de quien hace lo que dice. Dijimos que íbamos a terminar Valdecilla y terminamos Valdecilla.

Nosotros hacemos lo que decimos y queremos que esta tierra maravillosa no se convierta en un museo, sino en la referencia de la pujanza del norte de España.

Yo creo en Cantabria, tengo un proyecto para todos y cada uno de los cántabros y me voy a dejar la piel en esta campaña porque sé que otra Cantabria es posible.