Aspirantes, a sudar

Sábado, diez de la mañana. Es inevitable no fijarse en una pizarra que se encuentra situada en uno de los laterales de la sala. Unos seres despiadados han escrito en ella el entrenamiento del día. Lo dividen en dos bloques, uno de fuerza y resistencia, ... y otro de cardio y core. En cada uno de ellos, un sinfín de ejercicios y de repeticiones. Casi hay más texto que en este comentario, pero no es un problema para los valientes que asisten a la clase. Desbordan energía, solo hay que verles. ¿Dónde están los dos aspirantes?La pelea es el 16 de febrero y tienen que prepararse duro porque solo habrá un elegido. 'La constancia es la clave del éxito'. 'Lo único imposible es aquello que no intentas'. 'No te rindas'. Sobran mensajes motivadores, les vendrían bien. Pero han fallado. Dominadas asistidas, flexiones, zancadas con peso, remo en TRX. Esta gente no para, se ha vuelto loca, pero aquí no hay ni rastro de ellos, así que debo seguir buscando. Ahí les dejo con los burpees y las sentadillas con saltos. Suena el móvil. Casi no tengo fuerza ni para cogerle, pero es el informante. Dice que se han tomado el día libre, que ambos están relajados, que se ven ganadores. Malo, se están confiando. Así que me da una alternativa. Me asegura que otro aspirante va a prepararse para otro gran duelo, este en primavera. Hay margen, pero cuenta que se va a tener que emplear a fondo porque parece que le han salido rivales por todas las esquinas, que le tienen ganas. No me da más pistas. Me asegura que en cuanto le vea entrenar me sonará. Un tipo alto, con experiencia y amigo de un pez gordo. No sé más. Así que vuelvo al mismo lugar a ver si viene, pero nada. Ni rastro de él tampoco. ¿Habrá cambiado de opinión? Mientras, aquí no se descansa. Saltos al cajón, peso muerto, abdominales... Estos sí están bien entrenados.