Carbón

Queridos Reyes Magos. Mentiría si les dijera que me he portado bien este último año, pero tampoco es para que ustedes se pongan así. Me ha filtrado un Paje Real, de estos que ustedes envían de avanzadilla, que en mi caso se lo están pensando. ... Textualmente me dijo que Sus Majestades «no descartan un buen cargamento de carbón como 'regalo' para esta noche», así que les escribo con premura e inquietud para ver si les hago cambiar de opinión. He estado repasando algunas de mis trescientas palabras quincenales de 2024 y no creo que sea para tanto. Sí, es cierto que, en ocasiones, la crítica puede sonar a repetitiva. Pero también son repetitivas todas esas cartas que reciben con promesas similares a las del año anterior para así evitar un buen saco de carbón en el árbol de Navidad. ¿Y se cumplen? Majestades, no me digan que no han recibido este año otra carta en la que prometen que la reforma fiscal se va a notar en nuestras nóminas. O esa en la que les hablan de infraestructuras clave para que, entre otras cosas, ustedes no tengan los problemas de todos los años para llegar a esta región. Seguro que no me equivoco si en ellas vuelven a hablar de la intermodal de La Pasiega, que ya no nos saldrá gratis; del tren a Bilbao, del AVE –todo un clásico– o de dar una solución al caos de las Cercanías. Por cierto, espero que ustedes no vengan esta noche en tren porque esto no se arregla ni con su magia. Pero si la usan, aprovechen y hagan algún milagro en nuestra sanidad pública. Alguno de los 17.524 cántabros que están en lista de espera para ser operado, de los 38.565 pacientes que aguardan cola para que les atienda un especialista o de las 37.708 personas que están a la espera de una prueba diagnóstica se lo agradecerán. Majestades, espero que les haya convencido, pero si finalmente vienen con carbón, repártanlo un poco.Feliz 2025.