A por el cliente

Atención empresario, comerciante, autónomo y demás familia. Su cuenta de resultados corre serio peligro, así que no se quede ahí parado, muévase. En este mismo instante la competencia puede estar birlándole clientes a las puertas de su negocio e igual no se ha percatado. Gracias ... al Puerto de Bilbao ya sabemos el 'modus operandi', lo que le puede pasar si baja la guardia. Que se lo digan al de Santander que todavía está en 'shock' al ver cómo sus vecinos del este acudieron a cincuenta metros de las instalaciones portuarias a engatusar a empresas locales con visita guiada incluida al recinto vizcaíno para mostrar todos sus encantos. No pierda tiempo, acérquense a la ventana y mire si ahí fuera hay un autobús aparcado. Si es así, empiece a sospechar. Fíjese bien si sus clientes tienen intención de subirse al vehículo y si llevan bolsas de la competencia, quien sabe si con algún detalle navideño, muy propio de estas fechas. Si es así, salga y trate de evitarlo. No le queda otra. Vaya y hable con sus clientes, convénzales para que no se suban al autobús y, sobre todo, muy importante, ha de conseguir que vuelvan a entrar en su negocio. ¿Cómo? Pruebe con esto. Nada de bolsas rácanas, dígales que usted tiene una cesta de Navidad con productos de calidad, que como buenos clientes se la merecen. Ya luego, si acaso, les habla de lo atractivo que es invertir en su negocio, pero primero que se sientan queridos, es fundamental. No sea tacaño, piense en el balance, en la cuenta de resultados y en que no está para perder clientes, de los buenos. Que no se suban al autobús es clave. Si lo hacen corre el riesgo de perderlos para siempre. Usted vaya haciendo esto porque puede ser más efectivo que expresar el «profundo malestar» o hablar de «deslealtad institucional», de «torpeza», de «preocupación», de bla, bla, bla.