El examen

Tranquilos jóvenes, no es tan difícil. Si estáis preparando la Selectividad –o como quiera que se llame este año– y teméis el comentario de texto ... de Lengua, nada mejor que un ejemplo práctico. Me consta que, de vez en cuando, vuestros profesores eligen artículos periodísticos para que vayáis entrenando y así poder afrontar sin problema este tipo de textos cuando llegue el día –el año pasado uno de mi compañera Marta San Miguel sobre inteligencia artificial–. Si queréis garantizar una buena nota solo tenéis que seguir las instrucciones que acompañan al siguiente y, por razones obvias, breve comentario. Ahí va: 16 de febrero. Hoy es el día. Ninguno de los dos ha pasado buena noche, pero tratan de ocultarlo. Ambos sonríen, pero es simplemente un gesto de autodefensa. Dentro de unas horas solo habrá un ganador. Él será sinónimo de éxito, será vitoreado, aclamado y aplaudido por su equipo. Pero en el ring veremos también al perdedor. Él representará el fracaso. Y su equipo enmudecerá porque se habrá esfumado el cinturón. Y con él, el poder. Solo quedará el consuelo. O ni eso. Dependerá de si el campeón levanta las manos del rival reconociendo su esfuerzo o si ni siquiera se dirige a él e impide, como marca la tradición, que las heridas cicatricen.