Menuda cuesta

No tenga prisa, dosifique, que aún queda mucho. Si se ceba en las primeras rampas, vaticino que lo pasará muy mal porque esta cuesta es ... la más larga y dura del año y puede ser un calvario de aquí a la cima, esa que debe alcanzar dentro de, exactamente, dieciocho días. Ya sé que aún tiene reservas de sobra de todo lo que engulló en fiestas, pero no se fíe porque aquí en cualquier momento la pájara puede hacer acto de presencia. Y no solo eso. Lo más lógico es que usted afronte esta cuesta con alguno de los virus respiratorios de este gran coctel que nos acompaña en silencio. Lo mismo hasta ha tenido que desempolvar la mascarilla, esa que pensaba que no iba a volver a ponerse más. Así que la dificultad es evidente porque debe avanzar mermado y sin poder recurrir, por el momento, a las autobajas de tres días. Pero no queda otra, hay que hacer un esfuerzo, sufrir un poco en las rampas más exigentes de esta subida porque, en ese momento, las adversidades, además de a su salud, es probable que le afecten a su bolsillo. Lo ve, ya se le notan síntomas de agotamiento, pero no se puede venir abajo ahora. ¡Vamos!Piense mientras sufre en todas las promesas que le han hecho para este año. Piense en que le han prometido que la reforma fiscal se notará en sus nóminas, piense en la financiacion autonómica, en la condonación de la deuda, en la simplificación administrativa. Piense en las infraestructuras claves para el desarrollo de la región, en la estacion intermodal de La Pasiega, en el tren a Bilbao, en el AVE, en las Cercanías, en el tercer carril entre Santander y Torrelavega, en el Mupac. Piense en la reducción de las listas de espera sanitarias, en más recursos para la investigación. Piense en un año lleno de promesas. Y si, con todo ello, aún no se ha parado, tiene usted mucho mérito, debe saber que no hay cuesta de enero que se le resista por mucho que algunos se empeñen.