Menudo marrón

«Efectivamente, le he encargado un marrón». Y no pequeño, presidente. Un marrón XXL. A ver con qué ánimo sustituye la nueva consejera de Obras ... Públicas al «mejor hombre» que ha tenido este Gobierno, «probablemente al técnico más cualificado de Cantabria», al mismo que se merece «no uno sino veinte homenajes», aquel por el que pondría «no una, sino las dos manos en el fuego». Así no se puede. Misión imposible con tantos elogios. Y eso sin tener en cuenta que la sustituta va a tener que lidiar ahora con el día a día de la mayor trama de corrupción ligada a la obra pública de la historia de Cantabria. Sí, el día a día, porque esto no ha hecho más que empezar. Con lo bien que estaba ella ahí con su dirección general de Interior, en la retaguardia, sin exponerse. Hasta que el jefe le llamó a filas: «Como funcionaria podía decirme que no, pero es que es militante del PRC. Le toca asumir esto». Traducido en cristiano: que no le ha quedado otra. Así que ahí estuvo en su estreno pidiendo perdón «por quien robó, por quien consintió y por quien calló» y marcándose como objetivo lograr que la gente recupere la confianza en el sistema público. Menudo marrón, sobre todo cuando vamos profundizando en los detalles, a cada cual más bochornoso, de una investigación que sigue abierta en vísperas del periodo electoral. Tan abierta que la magistrada que instruye el caso se ha visto obligada a pedir refuerzos –que ya han llegado– para el Juzgado de Instrucción Número 5 debido a la causa compleja que tiene entre manos con miles de documentos e infinidad de horas de estudio. Mientras tanto a la nueva consejera no le queda otra que intentar apagar las llamaradas que salen de su Consejería. Y esta sí que no es «una emergencia más».