Sondeos para digerir

El batacazo es duro, muy duro. Tanto que debe estar costando digerir eso de pasar de catorce diputados a seis o siete o, en el mejor de los casos, a ocho-nueve. ¡Ánimo! Es el momento adecuado para desacreditar los sondeos –«la encuesta del CIS ... es vergonzosa», por ejemplo– y decir que otros años ya han vivido situaciones similares y nunca han acertado –muy socorrido–. O también para que cale en el electorado que el único sondeo válido será el que salga de las urnas del 28 de mayo. Topicazo. Pero después del shock inicial, toca seguir trabajando. Mítines, debates, paseos, agenda, mensajes: «Dedicaré la victoria a Tezanos con un gran resultado». Seguro que es lo mismo que querrán hacer otros, que aún están peor porque todas las encuestas les dejan fuera del Parlamento cántabro cuando hace cuatro años –qué tiempos aquellos– consiguieron tres diputados. ¡Ánimo también para ellos! ¡A por el milagro! ¿Y qué decir del resto? Con lo felices que están ellos con las encuestas, no les quitemos la ilusión. Se les nota eufóricos. Los hay que no aparecieron la legislatura pasada y, ahora, podrían irrumpir con hasta dos diputados. Otros saltan de alegría al pasar de dos escaños a cinco y los hay también encantados de la vida al ganar uno o incluso dos más (de 7 a 8-9), dependiendo de la encuesta. Pero, sobre todo, felices como perdices están aquellos a quienes los sondeos otorgan la victoria en las urnas (de 9 a 12-13 diputados). ¡Mirad que caras de felicidad! Pero, ¿será suficiente?¿Quiénes sumarán 18? Están abiertas todas las posibilidades. Mientras tanto, que todos ellos, unos y otros, digieran los sondeos sin atragantarse.